Saturday, January 11, 2025

Turuleto, turuleta, turulato, turulata

 La palabra "turuleto" o "turuleta" no está en el diccionario porque es la variante de "turulato" o "turulata" que significa "alelado, pasmado". Se refiere al estado de consciencia que queda después de un golpe muy fuerte (especialmente en la cabeza) o un evento que nubla momentáneamente el entendimiento. La variante colombiana es "turuleto" o "turuleta" y en Salvador y Honduras se documenta "turuleco" o "turuleca" con el significado de "tonto". La canción infantil "La gallina turleca" ilustra el uso centroamericano (escuche aquí). 

Las terminaciones -to/a, y -co/a son variantes naturales del diminutivo, similares a "pájaro" - pajarraco o "Manuel" - Manolete. La -e- es una vocal de enlace que produce -eto/a o -eco/a, y tal vocal de enlace puede variar a -a- como en "pajarraco" o "turulato".

Entonces la palabra original de donde salen todas estas variantes es "turulo" o "turula". En el blog de Matasanos, se dice que la palabra "turulo": 

Esta palabra proviene de Bártulo de Sasso-Ferrato, jurista del Siglo XIV, profesor de Derecho en Pisa, Bolonia y Padua, cuyas obras -contenidas en trece volúmenes- sirvieron de base de estudio durante tres siglos. Los estudiantes tomaban nota de ellas y luego ataban esos apuntes, a los que llamaban bártulos, para que las hojas no se les perdieran. 

La palabra "turulo" pudo haber venido de un acortamiento a "tulo", con movimiento de la "r" adelante a "turlo" y adición de vocal para soporte consonántico "turulo". El diccionario de la Real Academia acepta tal etimología de "bártulo". Para "turulo", dice que significa en Nicaragua "cosa, carajada, chingadera, putada". De "turulo" que significa unos papeles ahí revueltos y confusos surgiría la idea de confusión que surge de un golpe o un evento sorpresivo. 

O puede ser simplemente onomatopeya referida a la sensación de mareo que surge de un golpe en la cabeza que lo deja a uno tonto. Las palabras con orígenes onomatopéyico a veces se explican a sí mismas, pero es imposible encontrar documentación. Entonces la historia tiene bastante sentido aunque no encontré la documentación en la que se basa esto. 

En el Corpus Diacrónico del Español, las documentaciones más antiguas son las de turulato o turulata en 1874: " El padre Vicario, sobre todo, se ha quedado turulato" (autor Juan Varela, obra Pepita Jiménez). Y en 1881: "¿no me dijiste tú que se quedó muy triste, y toda turulata, cuando él se fue y entró Miranda después?" (autora Emilia Pardo Bazán, obra Un viaje de novios). Aparecen otras documentaciones posteriores en España. En Colombia, se documenta en 1928 en mi pueblo natal de Yolombó con Tomás Carrasquilla:

No así en Yolombó: nadie expiraba sin aparecérsele, a unos en cuerpo entero y visible, a otros en sombra. Esta última aparición era horrible: los asombrados no volvían a ser los que fueron antes del asombro: al que menos mal le iba quedaba tuntuniento y turulato por toda su vida. Cualquiera enajenación mental, cualquier invalidez, toda tisis, eran resultas del asombro. Después de muertos y enterrados, seguía lo peor. ¿A quién no espantaban esos cristianos yolomberos desde ultratumba? ¿A quién no hablaban y tiraban de los pies? Eran horribles de espantadores.

Es notable la comparación con "tuntuniento" que puede venir de una interpretación onomatopéyica de "tonto" asociada con "turulo", y además se exageran las características de quedar "turulato" como enajenación mental, invalidez, asombro y espanto, con la onomatopeya como un tin tin y turu turu que representa la vibración en la cabeza de alguien que experimenta un susto repentino. Sin embargo, como perturbación y confusión mental sí puede estar relacionado con los enseres confusos de quien estudia mucho y sin sosiego, alguien a-cosado por una experiencia que afecta la percepción clara de la realidad. 

NOTA:

La gallina turuleca anda toda desconcentrada porque tiene mucha hambre, entonces pone huevos por todas partes de la casa, excepto en el corral. Va poniendo uno, dos, tres, hasta que pone diez, y así los niños aprenden a contar.



Friday, January 10, 2025

Trinos y Chabacanerías

En julio de 2024 visité Colombia después de 9 años de no haber ido. Estuve en dos ciudades del suroccidente colombiano: Popayán y Cali, distantes apenas a hora y media de camino a tierra. Sin embargo, Popayán es una ciudad más andina y Cali tiene una cultura más costera, caliente, aunque también sea andina. Una de las cosas que más me llamó la atención fueron los nombres de las cosas. Como se llaman las tiendas, las unidades residenciales y los restaurantes le dan ya un estilo andino versus costero al entorno.

Popayán tiene unos nombres ahí bien pretenciosos como ciudad real que se denota, mientras que los nombres en Cali son todos chabacanos y ordinarios. Yo inventé una serie de nombres que imitan el estilo de los nombres de cosas en Popayán versus los nombres en Cali.

Nombres en Popayán: 
  • Palos de la morada
  • El descanso del tirno
  • Flores del rocío
  • Brisas del monte
  • Trinar de la Arboleda
  • Cascada del oasis
  • Veredas de la hacienda
  • Palos del bosque
  • El cantar del cieno
  • Maderas del romero
  • Acacias del estero
  • Remanso del recuerdo
  • Trinar del retorno
  • Aromas de la colina
  • Prados del rosal
  • Álamos de la alhambra

Cuando uno va en carro por Popayán, se respira frío, perfume, paz y armonía, un ceremonioso hálito de camino colonial campestre. Y así va uno admirando las estelas de la morada, los trinos de la cascada, las brisas del viento, el remanso del descanso, el silencio callado, el alto de la colina, el momento del tiempo, el rotor de la sinalesa, cuando va llegando a Cali, y la armonía se transforma en torpe decadencia, en un sopor áspero como los nombres de sus cosas:

Panadería El Chueco
  • Papelería La mocha
  • Sancocho el Sangreyuca
  • El Sincerebro
  • Venípacá Charcutería
  • Delicias La vieja
  • Pa'onde Jacinto
  • El mequetrefe Autopartes
  • Optometría El orzuelo
  • Pal Chirimoyo Atención psicológica
  • Ortodoncia el mueco
  • Peluquería el Calvo
  • Lechonas modertelcodo
  • Lo demás es loma
  • Tienda naturista Chupateldedo
Se experimenta un olor dulzón a letrina vieja y estancada, un humor a calor mezclado con humedad y brisa, y ese desparpajo desinteresado y sin miramientos le da una majestad única a la ciudad donde cada nombre esconde un viejo sarcasmo que todos reconocen. Así que, si quiere hacer la tarea, váyase para Cali y recolecte nombres de moteles y discotecas, que esos sí son para completar un libro. Por eso se dice que lo demás es loma.