“Batuso” significa tener la cara sucia, pintada o
embarrada en el Valle del Cauca, región suroccidental de Colombia. Mi madre la
decía mucho cuando yo era niña, y después de jugar con tierra quedaba batusa:
“vea, lávese que está toda batusa”. Era un término común para mí, hasta cuando
una vez ella le dijo esto a mi hermano menor y él no pudo entender a qué se
refería. Indagué con otras personas y en realidad muy pocas conocían la
palabra, pero sí ha debido ser un término tradicional vallecaucano desde que Tascón
lo cita en 1961.
El
origen de esta palabra es incierto, pero puedo plantear dos hipótesis. Una, que
viene de la lengua africana de familia bantú “basuto” o Basotho,
que se refiere a una etnia de la familia bantú. La cultura de origen africano
ha formado parte integrante del suroccidente colombiano, pues su cercanía al
Pacífico atrajo el comercio esclavista durante la colonia. Es posible que la
palabra “batuso” fuera una metáfora del color de la piel de estas personas, que
se aplicó a la suciedad de la cara, debido a la estigmatización histórica que
ha sufrido la población afrodescendiente por su color de piel. El paso de
“basuto” a “batuso” se explica por trueque de consonantes, un fenómeno muy
común en la historia del español. Por ejemplo, la palabra original para
“murciélago” no era esta, sino “murciégalo”.
La otra
hipótesis es que proviene de la palabra “bato”, que significa persona
rústica o de malos modales. Su origen etimológico es incierto, pero se usa
mucho en México. Es posible que se asociara a personas que, por su trabajo
agrícola o manual, se consideraran rústicas y tuvieran frecuentemente la cara
sucia. Luego se le agregaría un sufijo “-uso” como en “obtuso”, “iluso”, para incrementar
el matiz despectivo.
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