Thursday, December 14, 2017

Lenguaje Incluyente I: todos, presidenta

Versión corta publicada en El País de Cali, Diciembre 17, 2017

La Real Academia considera que “todos y todas” es desacertado, pues el masculino en español es genérico y puede englobar al femenino (vea aquí). Sin embargo, para efectos jurídicos referidos a la inclusión de todos los seres humanos y evitar la discriminación, en ciertas instancias debe usarse el lenguaje incluyente. Es el caso de lo que ocurrió en Bogotá, que un juzgado ordenó al alcalde cambiar su lema de gobierno "Bogotá: mejor para todos" por "Bogotá: mejor para todos y todas" (vea aquí).
Todo el problema viene del latín, que tenía un género masculino terminado en “us” y un género neutro terminado en “um”, eso en el caso llamado "nominativo" o sujeto de la oración. Tanto el masculino como el neutro se convertían en “um” en el acusativo, esto es, en el objeto directo de la oración. El español heredó la morfología de los acusativos, el nominativo desapareció. De la terminación “um” que terminó en “o” se empezó a usar en todos los casos: sujeto, objeto… al desaparecer el sistema de casos del latín.
Así pues, en castellano solo quedó “um”. Luego “um” se transformó en “u” y finalmente en “o”. Y el género neutro desapareció, dejando únicamente masculino y femenino. Los sustantivos neutros del latín pasaron a ser masculinos en castellano.
Aunque la Academia no lo quiera, la terminación “o” en “todos” es masculina, y es válida la reivindicación feminista de especificar "todos y todas". Es indignante cuando en un grupo de 10 mujeres y un solo hombre tengamos que usar "todos" por el hombre que está ahí. Y si un censo muestra que hay más bogotanas que bogotanos (caso hipotético, no tengo el censo aquí), pues debería primar la mayoría. ¿O es que las mujeres también son hombres (del mismo modo en sentido contrario, como dijera la reina)? ¿O tal vez de su costilla, como quiere el relato creacional de la  Biblia?
Si "todos" fuera genérico, podríamos decir "todos" para referirnos a un grupo exclusivo de mujeres. Si es un grupo mixto, decimos "todos" porque hay hombres, lo que demuestra que sí hay algo respecto al género. Es decir, prevalece el masculino. Pero si es un grupo mayoritario de mujeres, un solo hombre, ¿qué decimos? ¿"Todas y todo"? ¿"Todas y él"? ¿"Todas y usted"? Y si es un grupo mayoritario de hombres y una sola mujer, ¿"Todos y toda", "todos y ella", "todos y usted?
Yo soy partidaria de aceptar el "todos" como genérico, y hacer este sacrificio en aras de la economía del lenguaje, pero deberíamos entonces decir "todas" cuando es evidente que el grupo es mayoritariamente femenino. Entre más mujeres, se justifica menos el uso del genérico.
Pero en latín también existía una terminación “em” para género tanto femenino como masculino, que cambió a “e”. Ojo, no es que fuera neutro, porque aunque dijera "em", si la entidad era femenina, por ejemplo, "matrem", habría que decir "pulcram" en femenino. Por eso, palabras como “presidente” o “estudiante” no revelan si el género es femenino o masculino.
Fue Michelle Bachelet, presidente de Chile, de las primeras que utilizó “presidenta”, para manifestar una posición política de género: "Yo soy presidenta casi a pesar de ser mujer" (aquí). Para cargos que implican poder, como “jefe” o “juez”, el feminismo reclama la inclusión de género: “jefa” o “jueza”. No así para casos como “estudiante” o “demente”. El feminismo no reclama “dementa”, tampoco "docenta".
Ahí viene la contradicción. Cuando uno dice “presidente”, ¿por qué se hace la imagen mental de un hombre? Por toda la tradición patriarcal, donde ha sido costumbre que los presidentes solo sean hombres. Sería mejor empezar a hacerse la imagen mental de una mujer sin necesidad de utilizar la “a”, cambiar el pensamiento antes que la palabra.
Además, para ser consecuentes con “presidenta”, habría que marcar también todos los adjetivos: “ella es consecuenta con sus ideas”, “esa película es fascinanta”, “tu hija es geniala”.   
Recuerdo que el feminismo solía criticar “poetiza” o “sacerdotisa” como discriminatorios. Las feministas reclamaban que una mujer también podía ser “poeta” o “sacerdote”, no había que segregar a las mujeres de estas profesiones. En este orden de ideas, ¿decir “presidenta” no sería también segregar a las mujeres?
Otro sufijo que no marca el género es la terminación “ista” de “periodista”, “artista” o “deportista”, que proviene del griego “istés”. Por esa razón no hay necesidad de decir “periodisto” para ser incluyente con los hombres.
Por ahí leí a una feminista decir que "presidente" sí y "estudiante" no porque "presidente" tiene "ente", el ser, o sea que es necesario cambiar a "a" en nombres terminados en  "ente", no "ante". Que los terminados en "ante" se refieren al hacer, mientras los terminados en "ente" se refieren al ser. Por eso, es necesario incluir el género en "presidente" y no en "estudiante" o "comerciante".
Falso de toda falsedad. El sufijo "ente" viene del participio activo del latín "ns, ntis", en acusativo "ntem" (que pierde la "m"). Significa algo así como "el/la que hace". El hecho de tener "e" o "a" viene de la vocal del verbo: si es "estudiar" tenemos "a" en "ar" y por eso tenemos "estudiante", que significa "persona que estudia". Los verbos en "er" o "ir" hacen "ente", con "e", como "presidir", así que "presidente" es "persona que preside" o "docente" es "persona que enseña", de "docere" en latín "enseñar".
Ahora bien, el uso de signos especiales como “todxs” o “tod@s” tiene un problema: ¿cómo se pronuncian? Si yo estuviera leyendo en voz alta: “Bogotá: mejor para todxs”, ¿cómo lo leo? Tendría que leerlo “todex”, para eso más bien escribimos “todes”. Porque la “e” no marca masculino ni femenino, como ocurre también en “presidente”.
La mejor salida sería leer “todxs” como “todos y todas”, lo cual implica que una sola letra, la “x”, está representando tres palabras completas, y ahí la escritura estaría funcionando más como el chino o japonés, donde un solo signo puede significar una idea completa.
Yo soy de las primeras que pensaría en una mujer como Ángela Merkel, la presidente de Alemania, al escuchar la palabra "presidente". No necesariamente un hombre serio y majestuoso como Putin o Trump. Ahora bien, yo sí creo que en palabras que terminan en "o" se está marcando el género masculino, de manera que habría que decir "médica", "ingeniera", "música", "política"... No importa que "música" o "política" se confundan con el nombre de la profesión, el lenguaje está lleno de estas confusiones y el contexto siempre lo arregla todo.
Si la Academia aprueba o no el uso de "todos y todas", o si organizaciones de derechos humanos lo requieren, eso no importa finalmente. Los cambios dependen de la aceptación que hagan los usuarios de la lengua. He escuchado el rumor de que en España ya las mujeres en grupos mixtos demandan el uso de "todos y todas". Si un profesor dice: "levántense todos", entonces las mujeres del grupo no se levantan. Por favor me corrigen si estoy equivocada. Pero esto sí sería una muestra de que el cambio estaría en marcha.


1 comment:

  1. Creo que la revidicación feminina de querer usar “todas” es válida y estoy de acuerdo, pero me parece que lo que dice usted que la palabra “todos” no es neutro no es cierto.

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