Wednesday, September 26, 2018

El este


Publicado en la Gaceta Dominical de El País, 9/24/2018

En español caleño, o colombiano, se usa muchas veces la palabra “este” en frases como “ay, es que usted es todo este”, “usted tan este, ¿no?”, “deje de ser tan este”, “usted como es de este”. Aunque la palabra parezca vacía, en estas situaciones “este” tiene un significado muy preciso: “mala gente”.
            “Usted tan este” puede sonar chistoso porque “este” parece no tener ningún significado, en principio. Y es verdad: originalmente la palabra “este” no tiene significado, simplemente porque es una palabra que expresa un contenido gramatical, nada más.
Las palabras gramaticales no tienen significado como tal. Expresan relaciones abstractas entre los elementos del mundo o de la oración misma. La palabra “este”, en sentido estricto, expresa una relación entre el hablante y la posición de los objetos que lo encuadran.
Por ejemplo, yo voy a la panadería a comprar un pastel que se ve muy rico, pero no sé cómo se llama. Me acerco al pastel, lo señalo y le pido al vendedor: “Deme este, por favor”. Estoy indicando una relación de cercanía entre el pastel y mi dedo que lo señala.
Así como “este” puede referirse al pastel en la situación dada, también sirve para señalar cualquier objeto del mundo, siempre y cuando esté en cercanía con el que habla. Por eso, no puede significar nada, porque su función es permitir señalar cualquier objeto.
Incluso, si estoy escribiendo, “este” o “esto” puede referirse a lo último que mencioné. En lafrase: “A la reunión asistieron Juan, Pedro y Carlos. Este fue el primero que habló”. ¿A quién se refiere “este”? Pues al último que mencioné, es decir, a Carlos.
Lo interesante es que las palabras gramaticales, en sus orígenes más remotos (a veces no tanto), suelen provenir de palabras que sí tienen significado. Un ejemplo es el verbo “ir”, que significa moverse de un lugar a otro. “Voy al trabajo todos los días en bus”. “Voy” significa, en concreto, ese desplazamiento.
Pero a veces “ir” se usa para expresar simplemente una relación temporal. Alguien puede decir: “mañana me voy a quedar en casa”. Miren la paradoja: “ir” significará desplazamiento, pero la persona está indicando todo lo contrario, que no habrá desplazamiento, que se va a quedar en casa.
En “mañana me voy a quedar en casa”, “voy” se refiere al futuro. El futuro no es un significado, es una relación entre el momento del habla con otro tiempo. “Voy” indica una relación temporal de posterioridad.
Hacia el siglo XVII “ir a” se usó con tanta frecuencia que empezó a expresar una relación abstracta, el tiempo futuro, como explica la investigadora Jesse Aaron.
Y hay infinidad de casos así. Decimos “un mundo de cosas” por decir “muchas cosas”, y no nos estamos refiriendo al “mundo” como tal.
O la palabra “un”, que en principio era el número uno, y luego pasó acompañar cualquier sustantivo para establecer una relación de relevancia. Incluso, significando originalmente el número uno, se puede poner plural, “unos”.
O la expresión “a pesar de”, que significa “pero”, y ya no importa si existe tal “pesar” o “pena”.
Pero en el caso de “este” tenemos todo lo contrario. Es una palabra gramatical que ha adquirido un significado propio, “mala gente”. Es un fenómeno lingüístico exótico, porque generalmente es todo lo contrario lo que ocurre. Ejemplos como este sí son difíciles de encontrar.
Y existen otros usos similares a “este”, con sus variaciones, donde la palabra puede referirse a significados más concretos.
Se puede decir “en esto se aparece por acá”, donde “esto” significa “muy poco tiempo”. Incluso, si es poquísimo tiempo, se usa el diminutivo: “en estico se aparece por acá”.
También puede conservar su significado gramatical, pero adquirir sentidos fuertemente expresivos donde su función gramatical puede quedar en entredicho.
Digamos que una mujer llama a la casa para dejar una razón para mi hermano. Yo le doy la razón, pero no me acuerdo del nombre de la que llamó, entonces digo: “llamó estica, ¿cómo se llama?”. Sí, hay una relación de cercanía, “estica” está en mi mente, pero la palabra significa “una mujer cuyo nombre no me acuerdo”.
Y la palabra contraria a “esta”, que es “esa”, suele indicar una relación de lejanía como palabra gramatical. Quiero saber a quién debo acercarme en una oficina y el portero me indica: “es esa señora que está allá”. “Esa” significa que la señora está lejos de ambos.
Pero si yo digo “esa”, solamente, puede tener un sentido despectivo, de “mujerzuela”. Nótese que la expresión “esa” para “mujerzuela” comienza por establecer una distancia, primero espacial, y luego tal vez ética o moral, para reproducir en la palabra todo un significado que no tenía.
Alguna vez hablábamos de “páseme el cosito”, que dicen las mamás. Un sinónimo que me sugirieron los lectores que me escribieron es “páseme el este”. La paradoja es: si “este” indica cercanía como palabra gramatical, ¿entonces por qué no lo puede alcanzar por ella misma?
No, no está cerca, en “páseme el este” obviamente el tal “este” se encuentra lejos. Pero está cerca como nombre en la mente, de ahí la metáfora.


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