Barcos que vuelan
Publicado en la Gaceta Dominical de El País de Cali el 4 de noviembre de 2017
El 20 de septiembre inició la huelga de pilotos de
Avianca que ha producido gran revuelo en los aeropuertos y en la opinión
pública. Muchos alegan que los pilotos constituyen una élite que ya posee
demasiados privilegios como para pedir más. Y otros reivindican la función del
piloto, quien por su responsabilidad debería disfrutar de perfectas condiciones
de trabajo, o son asalariados que tienen derecho a protestar.
El piloto
de avión es una figura de autoridad, pues es quien comanda el destino de la
aeronave, y puede decidir quién se sube al avión y quién no. En el avión, el
pasajero deja de ser un cliente y se convierte en un subordinado del piloto.
Ejemplo de tal situación está el evento en que un piloto de VivaColombia obligó
a bajar a una pasajera que no cumplía con los requerimientos de equipaje,
aunque los pasajeros hicieron “vaca” para reunir dinero.
Todo
el sistema de transporte aéreo, incluida la concepción del piloto y las
palabras que se utilizan, se basa en el transporte marítimo, en el que el
piloto es como el capitán de un barco, y puede decidir sobre su destino.
La palabra “piloto” tiene
relación con “pilotar”, que significa mover el timón de un barco. Según Joan de
Corominas, “piloto” proviene de la lengua italiana, y se documenta en español
desde 1282. Recordemos que los italianos estuvieron a la vanguardia de la
navegación marítima, como el caso de Marco Polo (1254-1324) y Américo Vespucio
(1454-1512).
La palabra “piloto”, pues,
significa originalmente “timonel”, referido a la navegación del barco. Y una
búsqueda en el diccionario de la Real Academia nos permite rastrear los otros
términos.
Empecemos por la palabra “aeronave”.
Descompongamos la palabra y tomemos solo el segmento “nave”. La palabra “nave”,
que viene del latín “navis”, significa “barco”. Luego se le agrega “aero”, que
significa “aire”. Así que una aeronave es un barco de los aires.
La palabra “abordar” y
“abordo” provienen de “bordo”, que es la parte exterior de un buque. Es lo mismo
que la palabra “borde”, que al parecer viene del francés “bord” que significaba
“lado de un barco”. Entonces la palabra “borde” de cualquier cosa se origina en
el vocabulario marítimo.
“Abordar” significa entrar a
un barco, porque al entrar se toca un lado del mismo. Según el diccionario, “abordar”
también es cuando dos barcos se aproximan o chocan, por cuanto se tocan sus
lados.
Mucho más obvio en este
sentido son los términos “puerta de embarque” y “tarjeta de embarque”. La
puerta de entrada al avión tiene el nombre de la entrada a un barco, y del
mismo modo el documento que le permite entrar.
Obsérvese también la palabra
“aeropuerto”. Si descomponemos la palabra y quitamos la palabra “aero”
(“aire”), nos queda la palabra “puerto”. “Puerto” proviene del latín “portus”,
que significaba entrada o abertura entre una fuente de agua.
¿Y qué es un puerto? Como el
bello puerto del mar mi Buenaventura, un lugar en la costa destinado a la
llegada de los barcos para que realicen sus operaciones. Al agregarle el
segmento “aero”, ¿qué queda? Un lugar de llegada, pero no para el transporte
marítimo, sino para las naves de transporte aéreo.
La palabra “aduana”, por su
parte, proviene del árabe “addiwán”, para referirse a una oficina localizada en
la costa, que controlaba la entrada de mercancía que debería ser sujeta a
impuestos. La presencia árabe en España desde el siglo VIII hasta finales de la
edad media dejó una gran cantidad de palabras de esta lengua.
Pues bien, hoy en día “aduana”
significa algo similar a su original árabe. Es una oficina que controla los
impuestos de la mercancía que entra y sale. La única diferencia es que no está
ubicada en las costas, sino en los aeropuertos.
También
está la palabra “tripulación”, que es conjunto de personal de servicio del
avión. Proviene del verbo “tripular”, que viene del latín “interpolare” y
significaba “reformar, alterar”. Se encuentra por primera vez en 1604, y
significaba “mezclar, sustituir una persona por otra”. Entonces de ahí viene la
idea de “tripular” como intercambiar personal de servicio en un barco.
Podemos
mencionar la palabra “puente aéreo”. “Puente” proviene del latín “pontis” y se
refiere a la construcción que se hace sobre un río para poder pasarlo. En su
origen, pues, se refería solo al puente que atraviesa una fuente de agua. Un
puente aéreo se refiere al sistema que pone en contacto diferentes aeropuertos.
Así
pues, existe toda una compleja elaboración metafórica del lenguaje de aeropuertos
basado en el lenguaje del mar: una aeronave es un barco de los aires que pasa
por puentes de aire y se detiene en puertos de aire. Y esperamos que soplen
vientos favorables y esta huelga de pilotos nos lleve a todos a buen puerto.
¿Se
le ocurren otras palabras usadas para el transporte aéreo, que tengan relación
con el mar? Escríbame a lenguaencolombia@gmail.com
P.D.: Otra palabra de origen
árabe (aunque no de lenguaje marítimo) es “azafato” o “azafata”, que proviene
de “azafate” y esta de “assafáṭ”. Según Corominas, “assafát” significaba
“bandeja” o “canastillo”, y se documenta desde 1496. Obviamente no había
aviones en esa época, pero se adaptó al lenguaje de aeropuertos para referirse
a la persona que usa la bandeja para llevar la comida a los pasajeros.
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