Saturday, January 11, 2025

Turuleto, turuleta, turulato, turulata

 La palabra "turuleto" o "turuleta" no está en el diccionario porque es la variante de "turulato" o "turulata" que significa "alelado, pasmado". Se refiere al estado de consciencia que queda después de un golpe muy fuerte (especialmente en la cabeza) o un evento que nubla momentáneamente el entendimiento. La variante colombiana es "turuleto" o "turuleta" y en Salvador y Honduras se documenta "turuleco" o "turuleca" con el significado de "tonto". La canción infantil "La gallina turleca" ilustra el uso centroamericano (escuche aquí). 

Las terminaciones -to/a, y -co/a son variantes naturales del diminutivo, similares a "pájaro" - pajarraco o "Manuel" - Manolete. La -e- es una vocal de enlace que produce -eto/a o -eco/a, y tal vocal de enlace puede variar a -a- como en "pajarraco" o "turulato".

Entonces la palabra original de donde salen todas estas variantes es "turulo" o "turula". En el blog de Matasanos, se dice que la palabra "turulo": 

Esta palabra proviene de Bártulo de Sasso-Ferrato, jurista del Siglo XIV, profesor de Derecho en Pisa, Bolonia y Padua, cuyas obras -contenidas en trece volúmenes- sirvieron de base de estudio durante tres siglos. Los estudiantes tomaban nota de ellas y luego ataban esos apuntes, a los que llamaban bártulos, para que las hojas no se les perdieran. 

La palabra "turulo" pudo haber venido de un acortamiento a "tulo", con movimiento de la "r" adelante a "turlo" y adición de vocal para soporte consonántico "turulo". El diccionario de la Real Academia acepta tal etimología de "bártulo". Para "turulo", dice que significa en Nicaragua "cosa, carajada, chingadera, putada". De "turulo" que significa unos papeles ahí revueltos y confusos surgiría la idea de confusión que surge de un golpe o un evento sorpresivo. 

O puede ser simplemente onomatopeya referida a la sensación de mareo que surge de un golpe en la cabeza que lo deja a uno tonto. Las palabras con orígenes onomatopéyico a veces se explican a sí mismas, pero es imposible encontrar documentación. Entonces la historia tiene bastante sentido aunque no encontré la documentación en la que se basa esto. 

En el Corpus Diacrónico del Español, las documentaciones más antiguas son las de turulato o turulata en 1874: " El padre Vicario, sobre todo, se ha quedado turulato" (autor Juan Varela, obra Pepita Jiménez). Y en 1881: "¿no me dijiste tú que se quedó muy triste, y toda turulata, cuando él se fue y entró Miranda después?" (autora Emilia Pardo Bazán, obra Un viaje de novios). Aparecen otras documentaciones posteriores en España. En Colombia, se documenta en 1928 en mi pueblo natal de Yolombó con Tomás Carrasquilla:

No así en Yolombó: nadie expiraba sin aparecérsele, a unos en cuerpo entero y visible, a otros en sombra. Esta última aparición era horrible: los asombrados no volvían a ser los que fueron antes del asombro: al que menos mal le iba quedaba tuntuniento y turulato por toda su vida. Cualquiera enajenación mental, cualquier invalidez, toda tisis, eran resultas del asombro. Después de muertos y enterrados, seguía lo peor. ¿A quién no espantaban esos cristianos yolomberos desde ultratumba? ¿A quién no hablaban y tiraban de los pies? Eran horribles de espantadores.

Es notable la comparación con "tuntuniento" que puede venir de una interpretación onomatopéyica de "tonto" asociada con "turulo", y además se exageran las características de quedar "turulato" como enajenación mental, invalidez, asombro y espanto, con la onomatopeya como un tin tin y turu turu que representa la vibración en la cabeza de alguien que experimenta un susto repentino. Sin embargo, como perturbación y confusión mental sí puede estar relacionado con los enseres confusos de quien estudia mucho y sin sosiego, alguien a-cosado por una experiencia que afecta la percepción clara de la realidad. 

NOTA:

La gallina turuleca anda toda desconcentrada porque tiene mucha hambre, entonces pone huevos por todas partes de la casa, excepto en el corral. Va poniendo uno, dos, tres, hasta que pone diez, y así los niños aprenden a contar.



Friday, January 10, 2025

Trinos y Chabacanerías

En julio de 2024 visité Colombia después de 9 años de no haber ido. Estuve en dos ciudades del suroccidente colombiano: Popayán y Cali, distantes apenas a hora y media de camino a tierra. Sin embargo, Popayán es una ciudad más andina y Cali tiene una cultura más costera, caliente, aunque también sea andina. Una de las cosas que más me llamó la atención fueron los nombres de las cosas. Como se llaman las tiendas, las unidades residenciales y los restaurantes le dan ya un estilo andino versus costero al entorno.

Popayán tiene unos nombres ahí bien pretenciosos como ciudad real que se denota, mientras que los nombres en Cali son todos chabacanos y ordinarios. Yo inventé una serie de nombres que imitan el estilo de los nombres de cosas en Popayán versus los nombres en Cali.

Nombres en Popayán: 
  • Palos de la morada
  • El descanso del tirno
  • Flores del rocío
  • Brisas del monte
  • Trinar de la Arboleda
  • Cascada del oasis
  • Veredas de la hacienda
  • Palos del bosque
  • El cantar del cieno
  • Maderas del romero
  • Acacias del estero
  • Remanso del recuerdo
  • Trinar del retorno
  • Aromas de la colina
  • Prados del rosal
  • Álamos de la alhambra

Cuando uno va en carro por Popayán, se respira frío, perfume, paz y armonía, un ceremonioso hálito de camino colonial campestre. Y así va uno admirando las estelas de la morada, los trinos de la cascada, las brisas del viento, el remanso del descanso, el silencio callado, el alto de la colina, el momento del tiempo, el rotor de la sinalesa, cuando va llegando a Cali, y la armonía se transforma en torpe decadencia, en un sopor áspero como los nombres de sus cosas:

Panadería El Chueco
  • Papelería La mocha
  • Sancocho el Sangreyuca
  • El Sincerebro
  • Venípacá Charcutería
  • Delicias La vieja
  • Pa'onde Jacinto
  • El mequetrefe Autopartes
  • Optometría El orzuelo
  • Pal Chirimoyo Atención psicológica
  • Ortodoncia el mueco
  • Peluquería el Calvo
  • Lechonas modertelcodo
  • Lo demás es loma
  • Tienda naturista Chupateldedo
Se experimenta un olor dulzón a letrina vieja y estancada, un humor a calor mezclado con humedad y brisa, y ese desparpajo desinteresado y sin miramientos le da una majestad única a la ciudad donde cada nombre esconde un viejo sarcasmo que todos reconocen. Así que, si quiere hacer la tarea, váyase para Cali y recolecte nombres de moteles y discotecas, que esos sí son para completar un libro. Por eso se dice que lo demás es loma. 

Sunday, December 29, 2024

Moxa (Vols. II y III)

Zarza González, Ernesto. Moxa: El renegado (Vol II). EZG: 2021.

Zarza González, Ernesto. Moxa: El apóstata (Vol III). EZG: 2024.

El 3 de diciembre de 2017 escribí sobre la maravillosa saga de Ernesto Zarza González, que apenas veía su primera parte en 2015. En los volúmenes que siguen, el autor se deleita sin escatimar detalle en la recreación del mundo de los muiscas, la cultura indígena que floreció en la región cundiboyacense de lo que hoy es Colombia. Sin romantizar el mundo precolombino, el autor recrea la complejidad de una población humana y una convivencia dinámica con otros pueblos indígenas, como los panches y los calimas. Es una dicha ver con tanta energía el funcionamiento de un universo humano del que solo quedan unas cuantas narraciones de los cronistas españoles, ruinas arqueológicas y tradición oral en lo que hoy es Bogotá y sus pueblos aledaños. El autor penetra en un universo posible y adivina el pasado, y posiblemente, también el futuro.

Comento los volúmenes II y III, que se titulan Moxa: El renegado y Moxa: El apóstata respectivamente. El punto de contraste con el primer volumen es bastante prominente en cuanto a estilo y al desarrollo de los acontecimientos. En mi opinión, los volúmenes II y III constituyen una unidad inseparable, que solo aparecen partidos por el fortuito capricho de la encuadernación. Es una obra honesta, sin concesiones al lector moderno habituado a la rapidez del TikTok, o cuando menos, a la saga anglosajona que se siente obligada a competir con el ritmo de la serie televisiva de alguna plataforma de streaming. Tal parece que en los volúmenes II y III son la oportunidad que aprovecha el autor para darle riqueza a un universo que resultó coartado por caprichos editoriales en la primera parte.

La obra comienza con la invasión de los Gigantes de los Andes que destruyen Guatavita y capturan a varios dirigentes muiscas. En lugar de replantearse un esquema de unidad para desafiar a los gigantes, los muiscas prosiguen con intrigas políticas por acceder al poderío sobre el territorio y la gente, además de las luchas espirituales entre chamanes y brujas que entorpecen la reconstrucción de la civilización y debilitan a los muiscas en contra de los Gigantes de los Andes, monstruos alegóricos de los colonizadores españoles. Mientras tanto, Moxa y sus amigos prosiguen un duro camino de supervivencia entre diferentes paisajes de la territorialidad indígena, incluyendo los Llanos Orientales. Mientras tanto, Cota (la esposa de Cundarquyn) e hija del cacique de Guatavita, contiene a sus enemigos con sutil determinación en medio de múltiples presiones políticas, haciendo uso de las artes mágicas de sus aliados de más confianza.

A ratos los diálogos se desenvuelven al estilo de un Juan de Castellanos que encuadra los eventos que viven los líderes muiscas dentro de la épica caballeresca. Los personajes se dirigen solemnes honores aunque estén a punto de cometer una descarada traición, como si tuvieran que mantener el decoro frente a una audiencia conservadora como lo fue el siglo XVI. Las batallas se describen con la grandilocuencia de una caballería pre-quijotesca, donde algunos personajes profesan un idealismo revolucionario, como sugiere alguno de sus personajes en la tercera parte. En medio de una cruel realidad donde todos son enemigos, mantener la estilización de la narración ayuda al lector a mantener la lectura en expectativa de un final feliz.

De hecho, me parece a mí que el amor entre Cota y Cundarquyn se asemeja al amor cortés caballeresco. El contacto entre los amantes se produce en una virtualidad idealista que parece más un planteamiento político de como los enemigos deben aliarse en contra de un enemigo común. Más que enamorada de Cundarquyn o Moxa, El Hijo del Sol, Cota parece motivada por el propósito elevado de construír unidad entre su gente. Cota es una visionaria que no se deja confundir por las visiones que los chamanes interpretan a su acomodo. Ella parece más interesada en Cundarquyn que Cundarquyn interesado en ella. El amor que ella le profesa a su esposo es más intenso tal vez debido a que ella sufre la soledad de la corte, mientras que su esposo está acompañado de leales amigos que le permiten mantener cabeza en propósitos mundanos como la venganza y la victoria.

Si la primera parte fue una novela de aventuras, las siguientes dos partes tienen elementos de terror psicológico con una fuerte tendencia barroca tan propia de la tradición hispánica. Después de la invasión de los Gigantes de los Andes, tan feroces enemigos retroceden y solo se mencionan para el trabajo con los prisioneros de guerra, que se vuelven, otra vez, objeto de intriga política. Esto llega a ser desconcertante para el que piensa la colonización como un proceso consistente y lineal, que muy seguramente no fue así. Mientras los Gigantes de los Andes discuten cómo usar a sus prisioneros de guerra para ganar poder, los muiscas aprovechan la situación para aventajarse entre sí como enemigos políticos. El repliegue estratégico de los Gigantes funciona muy apropiadamente para esperar a que los muiscas se debiliten entre sí.

Pienso que, incluso en ausencia explícita de los Gigantes de los Andes, la colonización es un fenómeno transveral a la narrativa que se trasluce como terror. Los chamanes enfrentados crean una serie de fantasías que no se despejan como verdad o mentira dentro del marco del texto, y mantienen la duda constante sobre cuáles eventos en realidad estarían ocurriendo. El viaje de los personajes por un espacio salvaje (que a ratos recuerda a La Vorágine) también se desarrolla en una confusión entre mentira y realidad, a tal punto que cuando los dioses operan directamente, el lector no sabe si creer para la novela que estos dioses constituyen entidad narrativa. Mejor dicho, uno mismo se cuestiona si creer en esos dioses o no.

La afluencia de personajes con características caballerescas contribuyen a construír una atmósfera barroca de ensueño, con notables artificios mágicos como la mansión multidimensional, que se parece a la morada de los Gigantes en los recovecos oscuros y las voces burlonas que tratan de esquivar una esperanza. Es como si los muiscas ya hubieran sido colonizados y solo estuvieran protagonizando un reality show sin haberse dado cuenta. O como si en realidad estuvieran enfrentando unos fantasmas que se interponen constantemente entre uno y el prójimo. La esperanza por el poder en medio de la intriga miserable es lo único que parece patente y concreto, y por eso los restos de Guatavita se aferran a tradiciones macabras de autoritarismo.

En medio de la confusión barroca y el motivo caballeresco, el autor poco a poco revela la voz de sus personajes. La camaradería de los amigos se explora con más dinamismo en los diálogos de la tercera parte, tal vez influenciados por la personalidad arrolladora de Nemcatacoa, el dios que aparece con forma de zorro en busca de chicha para emborracharse. Este es, sin duda, el personaje más atractivo de la novela. Él le permite al lector sonreírse socarronamente sabiendo que en realidad Moxa sea el Hijo del Sol quien logrará consumar su venganza.

Aprecio mucho que se cuente en orden cronológico, pero la novela se deja leer en diferentes estructuras de organización. Por ejemplo, uno puede leer la línea narrativa que sigue a Moxa únicamente sin sentirse confundido. De hecho, la camaradería de aquellos hombres es la principal luz de esperanza para ese tejido de sombras que parece no tener fin. Por esta línea de lectura es posible entresacar de nuevo aspectos de la novela de aventura que nos tendrán sumidos en la espera del nuevo acontecimiento encaminado a un cierre de la historia. Estos diálogos le permiten al autor trascender la línea clásica de la narrativa caballeresca para, tal vez, proyectar su obra a un género audiovisual.

Ya se puede leer en inglés la primera parte: https://www.amazon.com/-/es/ERNEST-P-BLACK-ebook/dp/B08R482B68




Tuesday, January 2, 2024

Generación de Cristal

Le llaman generación de cristal a los jóvenes de ahora porque se quejan sobre el feminismo y el racismo, son inseguros, flojos, aguantan menos la afugia física, son distraídos, andan pendientes del celular, les gusta Bad Bunny, les da más depresión y ansiedad, viven posteando selfies bobas y viendo TikToks, y su mayor aspiración en la vida es ser influencers. Mejor dicho, son delicados como un cristal, se quiebran con cualquier cosa que les dicen, no se adaptan a disciplinas fuertes, no aguantan un trabajo difícil. Se dice que nacieron a finales de la década de1990 o principios de 2000. La española Montserrat Nebrera usó por allá en 2011 por primera vez el término "generación de cristal" que es en realidad la generación Z.

Empecemos con Colombia. Primero, nacieron cuando numerosas empresas nacionales estaban cerrando por cuenta de la apertura gavirista, por lo tanto, ya desde que eran bebecitos se iba perfilando que estos no iban a tener trabajo en la modesta industria colombiana. Segundo, estaban niñitos o estaban naciendo cuando el uribismo acabó con los recargos nocturnos, dominicales y feriados, entre otras bellezas que pauperizan los trabajos que pueden alcanzar ahora que están saliendo de la universidad.

Muchos de estos niños vieron a sus padres perder sus empleos en los años 1990 y salir a vivir con sus abuelos o abuelas, los que habían trabajado digamos en Coltejer o Calzatodo (empresas extintas), y tenían alguna jubilación, o alguna rentica por ahí guardada. Muchos de ellos tuvieron que emigrar ilegalmente a algún país industrializado sin que sus papás si quiera les preguntaran. Otros fueron desplazados de sus parcelas agropecuarias para engrosar cinturones de miseria en las grandes ciudades, pues después del gran desplazamiento de los 50, la del paramilitarismo fue peor.

 En Estados Unidos, la generación de cristal es la del 11 de septiembre, y en inglés les dicen "the snowflakes" (=copos de nieve). Este grupo de personas ni siquiera se acuerda del 11 de septiembre, pero vivió las secuelas de la guerra contra el terrorismo que justificó xenofobia y sirvió como cortina de humo para terribles reformas socioeconómicas. Aquí trabajo con juventud, y he visto de cuenta propia a los que se sumaron a la guerra de Medio Oriente para regresar con graves neuropatologías y profundas debilidades en salud mental. Y luego ni siquiera acceso pronto a salud mental tienen, aunque vivan con una depresión terrible. ¿En serio? ¿Incluyen como snowflakes a una juventud que ha estado en la guerra?

En Estados Unidos, eran niños o estaban muy jóvenes cuando sus padres perdieron sus casas, tierras y sus ahorros de pensión por la crisis de 2008. Este grupo de gente ahora tiene que trabajar tiempo completo desde que está terminando el colegio cosa que no necesariamente ocurrió con los milenials. Antes la juventud norteamericana si acaso trabajaba fines de semana o en vacaciones para hacerse un dinero extra. Ahora no. Ahora tienen que trabajar para mantenerse ellos mismos y si acaso ver la posibilidad de entrar a la universidad. Esta es una generación que ha tenido que guerrearla más fuerte para acceder a educación superior. La mayor parte de los estudiantes sostienen 1 o 2 trabajos de tiempo completo mientras estudian. Como existen bebidas energizantes y otras sustancias, ellos resisten todo eso. Algunos incluso son padres o madres de familia, y sacan buenas notas. Otros no tan buenas.

Volviendo a Colombia, la generación de cristal si acaso es de cristal porque ha sido la más golpeada por la violencia después de la Guerra Partidista de 1950. Mis abuelos viveron la Violencia Política pero a nadie le conozco más parientes y amigos muertos que a la juventud de ahora. 

Yo como millenial de 1980 recuerdo que uno de mis abuelos tuvo una pensión por haber trabajado en la contraloría, y el otro ahorró bastante en su arduo trabajo agropecuario. Empresas que generaban abundantes empleos de manufactura eran Coltabacos, Coltejer, Puracé, Calzatodo, Telecom, La14m entre otras que se me pasan (Lean la FE de ERRATAS al final de este escrito para una aclaración). La juventud actual no puede aspirar a oportunidades en el área de manufactura o producción porque la industria de bienes materiales está concentrada en las maquilas de China donde se producen los objetos del mundo. Los viejos que se precian de que trabajaron toda la vida para una industria lo hicieron, bueno, porque existían esos empleos y tenían contratos a término indefinido. Esta "generación de cristal" en Colombia trabaja en Rappi haciendo mandados, o 12 horas diarias contestando llamadas, y ni siquiera les pagan horas extras. Tienen contratos temporales donde los echan cada tres mesas para no adquirir obligaciones parafiscales. 

En el sistema actual la salud es un privilegio, no un derecho, y mientras los viejos tenían acceso a servicios de salud por el Seguro Social o los sindicatos en Colombia (al menos), los jóvenes de ahora solo acceden a la salud sorteando una densa burocracia interna. Muchos han visto morir parientes cercanos de enfermedades tratables. Y ni qué decir de los médicos. Los médicos graduados de la época de 2000 viven de contratos temporales, con un sueldo raso y una alta cuota de pacientes. La mayoría van a quedarse como médicos generales porque incluso habiendo sido estudiantes brillantes no van a poder recibir admisión a una especialización. Los médicos de cristal van a tener que ver 100 pacientes diarios por tres sueldos mínimos.

Cuando yo empecé a estudiar mi licenciatura en literatura, yo quería ser docente como mis tíos, quienes tuvieron trabajos estables y lograron una buena jubilación. Bueno, mientras estudiaba todos esos beneficios se acabaron. Me di cuenta pronto que todo lo que podía acceder era contratos temporales de 10 meses y tal vez entrar a algún "concurso" docente para algo más, pero entiendo que en este momento ya la situación no es mucho mejor en el sector público. La generación de cristal ni siquiera va a tener con qué compararse, y crecerán pensando que eso es lo normal. Peor aún: la generación de cristal están siendo educados por estos docentes de zapatos rotos y uniforme raído, que van a enseñar con hambre, con preocupaciones de no llegar a fin de mes, con imposibilidad de tiempo libre, sin haber descansado nada.

A nivel mundial, sí, la generación de cristal al menos en clase media son muchos menos que sus padres porque ya los milenials decidieron no tener hijos o tener uno solo. La juventud que está creciendo ahora van a tener que mantener a una alta población de gente vieja en mayor desproporción que cualquier otra generación. Y la situación será mucho más dramática cuando esta juventud siga decidiendo no tener hijos. Una decisión bastante sensata para una juventud que sabe que no le podrá ofrecer bienestar económico a una familia. Y los viejos les dicen: ay es que la juventud ya no está dispuesta al sacrificio de tener una familia. 

Mi abuelo iba a trabajar de 8 a 12 y de 2 a 6. Entre 12 y 2 la hora del almuerzo ya era sagrada. Esto ya no fue así para los milenials, a quienes les tocaba quedarse a hasta las 7pm para cuadrar caja. Los milenials al menos veíamos a nuestros padres en ese espacio de las 7-9 de la noche. La generación de cristal, hijos de milenials, ya rara vez ven a sus padres. Es una generación que voltea de aquí por allá entre abuelas y tías abuelas que crían a la antigua si no es que de mamá en papá con custodia compartida. Y menos es así para la generación de cristal, porque posCOVID el teletrabajo ya no termina. Si piensan que esta generación no está dispuesta al sacrificio, ¿como era que usted podía darse el lujo de terminar de trabajar a las 6 de la tarde?

Ahora ni me diga de la generación de cristal de los venezolanos. Los que muchas veces teniendo su familia y propiedad en Venezuela salieron a caminar largas distancias a través de fronteras, calles y zonas selváticas para buscar nuevos horizontes en Colombia, incluso llegar hasta la selva del Darién para encaminarse a Estados Unidos. La generación de cristal que arrastrando maletas con sus padres los milenials ahora se rebuscan la vida lejos de su país natal, o van de la mano con sus padres para llegar a un país desconocido desde donde empezar de nuevo. O ni me diga de los niños y jóvenes mexicanos que se aventuran solos desde sus pueblos natales para que algún coyote los cruce la frontera. Esta es la generación de cristal, ¿en serio? Y usted que fue el progenitor de estos chicos que usted mandó a la frontera, ¿como por qué piensa que los llamaremos de cristal? ¿Usted no pudo construir un país para sus hijos? 

Hablemos de otras generaciones de cristal, como la generación de cristal en Ucrania, los jóvenes que se matan contra sus vecinos la generación de cristal de los jóvenes soldados rusos. Estos chicos son tan frágiles que los han sometido a una guerra bien absurda de esas que nunca acaban, porque así son las guerras del siglo XXI, eternas. Y dígame algo de la generación de cristal de la juventud siria o la juventud palestina. ¿Es esta la generación de cristal, en serio? O la generación de cristal en China, donde todos son hijos únicos que no tienen red de apoyo para sostener a sus progenitores envejecidos. O la generación de cristal en Corea, donde son sometidos a interminables jornadas de estudio para poder acceder a las limitadas vacantes de educación superior si no, mantenerse a punta de trabajos de medio tiempo de por vida.

Al menos en Colombia, pero yo creo en el mundo entero, la generación de cristal no se va a jubilar. Primero se van a morir que alcanzar la edad de jubilación, si no es que se quedan por fuera del sistema de seguridad social y los mata alguna enfermedad tratable. Esta "generación de cristal" será en cincuenta años un mundo de gente de 70 y 80 años todavía haciendo trabajos duros porque nunca pudo acceder a una pensión. Ya hay mucha gente así, pero en el futuro la población vieja trabajadora va a ser masiva.

La juventud actual será la encargada de enfrentar las consecuencias del cambio climático. Como nada se está haciendo para contrarrestrar estos efectos, esta juventud tendrá que inventarse algo para sacar una agricultura adelante a pesar de la sequía, o el efecto contrario, las inundaciones y desastres climáticos cada vez más impredecibles. Si consideramos el COVID resultado del cambio climático, ya esta generación de cristal saldrá adelante a pesar de haber perdido un progenitor, un tío que le ayudaba, una persona cercana que no se vacunó. Todos conocemos una persona joven que le insistió a su mamá que se vacunara, y esta perdió la vida a causa del COVID. A esta persona joven "de cristal" le toca enfrentar las malas decisiones de sus progenitores.

La generación de cristal estuvo 2 y casi 3 años tratando de autoeducarse en casa por Internet porque ¡les cerraron los colegios! Ay no, estos jóvenes de cristal no hacen si no que quejarse. Muchos pedían a gritos querer estudiar y ay no, estos jóvenes sí que se quejan. Y vivieron 2 o 3 años de su niñez o juventud encerrados en una casa sin amigos, sin coquetear en persona, sin tener vida social o red de apoyo, muchas veces solo con un cuidador también malgeniado que tal vez hasta los maltrataba. Esto día y noche, día y noche, sin posibilidad siquiera de escape a un parque. Esta gente ya quedó atrasada 2 o 3 años en el currículo de estudio, y ni aquí ni en Colombia y en muy pocos lugares del mundo se está observando un plan para desatrasar a estos muchachos. Si en 10 años no tenemos ingenieros o médicos, no es porque les haya dado el capricho de ser influencers, no, es que no pudieron estudiar el tiempo que necesitaban en el tiempo que tenía que ocurrir.

Gracias a la generación de cristal, que quedó harta de las clases online, hoy estamos en un resurgir de las clases en persona que los estudiantes claman más que otra cosa. Odiaron las clases online y esto me encanta. En algún momento pensaron los viejitos je je je, vamos a hacer toda la educación online y la dejamos así después de COVID. Pues no. Esta generación de cristal se opuso y no les funcionó.

La juventud actual está luchando por hacerse una identidad (como todas las juventudes de todos los tiempos). El problema es que, en esa búsqueda, pasan varias cosas: 1) se encuentra con una secta religiosa que le ofrece salida a todos sus problemas, 2) se encuentra con discursos de emprendimiento o pirámides que los hacen sentir culpables por su fracaso, 3) se encuentra con un grupo delicuencial que le ofrece la oportunidad de ganar dinero, 4) hereda los negocios de su familia, 5) Le echa la culpa a los machistas y los racistas de todo lo malo que pasa en el mundo, o si no a las feministas y a los comunistas.

La generación de cristal es la que está creciendo con sus padres pegados a un celular viendo TikToks, o respondiendo emails de trabajo a deshoras. Es el niño que mientras cuenta las historias fantásticas de su imaginación de niño nota a su padre o madre cooptado por el teléfono. Un microgesto sombrío le dice al niño que su padre o madre recibió alguna mala noticia por el teléfono, algún rechazo de algo que envió, o alguna tarea nueva que le espera por la mañana. La generación de cristal está creciendo con el pitido constante del teléfono de sus padres, temiéndole a ese sonido porque ese pitido casi nunca trae algo bueno. La generación de cristal aprende algunas maneras bien extrañas de llamar la atención de alguien porque estuvieron compitiendo por atención constantemente contra un pitido de teléfono.

Yo creo mucho en esta juventud, porque en ellos será donde morirán las redes sociales, los snapchats, los apps, los TikToks, y toda clase de pendejada virtual que sale por ahí. Por ahora pueden ser influencer (eso da identidad y un dinerito), pero pronto llegará el cansancio así como ocurrió con el tema de la educación online. En unos diez años será esta generación de cristal la que diga: NO MÁS TIKTOOOOK!!!

Imagínense la vida de un influencer. Esa gente no tiene paz. Ellos no pueden salir a comer sin estar pensando en lo que podrían publicar. A ellos les suena el timbrecito de la notificación todo el tiempo. Teniendo una salida en paz de repente ven la noticia de otro influencer que habló mal de ellos, alguna foto privada que se filtró. Publican un video y luego es estar mirando cada cinco minutos cómo crecen (si crecen) sus visualizaciones. Y luego comparando su número de seguidores o visualizaciones con el de este otro influencer. Y esto sin ser necesarimente millonarios. Viven con todas las cosas malas que implica ser famoso, pero sin las cosas buenas que implica ser famoso. Cuando los influencers estén viejos, van a ser ellos los que se opondrán a cualquier pendejada virtual.

Tomando el caso de Estados Unidos, la generación de "snowflakes" son más o menos como los que estaban jóvenes en la década de 1920 que vivieron crisis económica y guerras. En Colombia, son más o menos como los que estaban jóvenes en la década de 1950 con la Violencia Política, que trajo un desplazamiento masivo a las ciudades y rápidos cambios sociales.

Si después de todo esto los llamamos todavía de cristal, bueno, a lo mejor los que nos quebramos fácil somos nosotros los viejos ante esta generación de hierro.

Con excepción, claro, sí les gusta Bad Bunny, para qué vamos a decir que no. Pero yo opino una cosa: la generación de cristal va a acabar con el reggaetón ya prontico.

FE DE ERRATAS (5 de enero de 2023)

Este escrito surgió después de ver un video de El Chombo sobre la generación de Cristal donde también los defiende. En medio de un estado febril debido al COVID que me empezó el 31 de diciembre de 2023 (a pesar de que solo salí a alguna vuelta rutinaria y no estuve con genete), me bombarbedó el amanecer esta serie de ideas. Quería escribir algo como "la generación que creció en el uribismo" o "la generación del 11 de septiembre", y luego terminé mezclando cosas de Estados Unidos y Colombia tratando de apuntar a la versión global.

No me puse a investigar el estado de las empresas tradicionales colombianas como Calzatodo y Coltabacos que todavía existen. En la versión anterior decía que no existían, y sí existen. La confusión viene de una vez que viajé a Colombia fui a los sótanos de La14 a comprarme unos zapatos Calzatodo que eran esos tenisistos de tela que uno llevaba al colegio, y alguien me dijo que ya no había Calzatodo. Admiro a los que resisten la competencia de los productos chinos haciendo industria colombiana. No he ido a Colombia en muchos años y todas las noches tengo pesadillas con volver a Cali y no ver La14.

Y este artículo seguramente contiene otras erratas, errores o imprecisiones de los que me enorgullezco porque en la próxima etapa que se viene, la de la Inteligencia Artificial y los grandes modelos de lenguaje, los errores irán añejando como el vino y convirtiéndose en diminutas joyas que brillan modestamente en el mundo de los perfectos escritos de ChatGPT.

Friday, December 1, 2023

Santos

 Los siglos de los santos

Los santos de las épocas nos dicen algo sobre aquella época. Hay siglos y épocas con los santos más famosos, y hay nacionalidades con santos menos famosos. ¿Alguien conoce algún santo brasilero, por ejemplo, que no sea este de la revolución sertanera? ¿O algún santo venezolano que no sea San Gregorio, el que hace cirugías mágicas?

Los santos del siglo XX son los santos de la guerra fría, los que predicaron contra el comunismo, empezando por los niños de la virgen de Fátima, San Juan Pablo II, Santa Teresa de Calcuta (tan amada por la aristocracia británica para lavarse las manos de su colonialismo en India). San Pío de Pieltrecina, el que dio los estigmas, y Santa Catalina Emerick, alemana. En Colombia nos santifixaron a la madre Laura, que andaba terminanso la colonización en los lugares remotos de Antioquia, patrona de las lesbianas.

La tierra europea parece dar santos en Portugal e Italia. Los franceses tampoco destacan en santos. A practicar su santidad!!!

Los santos de la revolución industrial, los del siglo XIX, se dieron a montones ahí con San Juan Bosco y Madre Mazzarello, también italianos. De ese combo vienen a ser Santo Domingo Savio, y por acá una pobre niña chilena suicidada por el maltrato del padrastro, Laura Vicuña.

El siglo XVIII fue grande en reyes y pobre en santos, y la colonia tampoco parece ser prolífica en santos, además de San Pedro Claver que ayudó a la población esclavizada. También alguno que otro mártir devorado por los caníbales en Filipinas si mal mo me acuerdo. Estos no cuentan como españoles, creo yo, pero es solo una opinión. Y por supuesto, el santo mexicano que medió para resucitar a Tonachtlin o a la Cuatlicue, mejor conocida como la virgen de Guadalupe.

Entre los santos medievales, destacan los fundadores de órdenes por allá en plena edad media, alrededor del siglo XIII con San Francisco de Asís y Santo Tomás de Aquino, también italiano. Ah sí, ya me acordé de un santo francés, fray no sé qué Lacordaire. Entre otros santos medievales destacan también Santa Rita de Casia (italiana), San Antonio de Padua (portugués). Y San Lázaro, remasterizado en lq edad media como un asceta que luego pasó a ser el fabuloso Babalú Ayé. 

El español san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, recuerda más a modernidad por el siglo XVI. Por supuesto están los padres y doctores de la Iglesia, como San Agustín. Y el único que recuerdo español, San Isidoro de Sevilla, maravilloso escritor de las Etimologías, del siglo VII.

Luego están los santos que nunca existieron, como San Diego de Matamoros, Santa Bárbara bendita (mi padre Changó), y San Nicolás -> San Colás -> San Clás -> Santa Clás (escrito Santa Clauss), santo del capitalismo cristiano, el único santo de origen nórdico que conozco.

Y por último los santos que Jesucristo santificó cuando bajó a los infiernos, los santos en retroactivo. Y los que quedaron por pura chiripa como santos por ahber tenido alguna relación con él: San José (que vino a hacerle unas escaleras a unas monjas de Nuevo México), la mamá de María, Santa Ana, los 12 apóstoles, los 4 evangelitas, la prostituta esposa de Jesús, los griegos estos que escribieron puras cartas a sus coterráneos disolutos, los que fueron a parar a la barriga de algún león romano y San Constantino. Y pare de contar porque no hay más santos griegos.

Los santos más poderosos han sido los revolucionarios que se opusieron a convenciones de su tiempo como San Francisco, San Pedro Claver, San Diego. San Juan Bosco, que los volvieron santos para congraciarse con el clamor popular. Los otros muy populares son los santos que son en realidad deidades africanas, y la iglesia ahí haciéndosen los locos pa que uno les compre alguna figurita de merchandising. Pero el siglo XX dio santos que le hablaron al oído a la guerra fría para enaltecer los senderos del trágico deambular capitalista de nuestro tiempo. Y alabados los italianos, por practicar tanta santidad.

Y están los santos mexicanos de la revolución mexicana que pelearon contra la invasión norteamericana como San Pancho Villa, ay no, ya me estoy confundiendo.

Monday, November 27, 2023

I let students use ChatGPT freely

This semester I asked students to use ChatGPT freely for homework submissions, but they had to tell me when they used it. No other guidelines: they could use it in full or in part, to reword something, or for anything. For high stakes examinations, students were allowed to earn up to 5% points using ChatGPT if the told me they used it.

This is what I found:
  • Around 2 students in a group of 12 said they used it in some assignment, and 2 students in a group of 18 said they used it. The others said they didn't use it, and I agreed they didn't use it since their results sounded authentic.
  • The four students who used ChatGPT used it on a regular basis. There is no "occasional users". It's an all or nothing tool.
  • Among the four students who used it, three were whites. Only one indigenous reported using ChatGPT. No Hispanics reported using it.
  • Among the four students who used it, three were really good students who didn't need to use it to obtain a good grade. The other student started doing better when she stopped using it.
  • In one discussion the students had to identify if their classmates used it. Only those who used it on a regular basis were able to identify other people using it. They identified them because they got familiar with the linguistic style of the ChatGPT. As preservice teachers, non-users will be at a disadvantage since they are unaware of the style.
  • ChatGPT makes good students better and bad students worse.
  • I believe the students used it more often last semester when I was unaware that they were using it. Giving them freedom to use it really discouraged usage.
  • Long papers to read yielded high usage. One student asked ChatGPT to summarize the paper, and he didn't capture the core of the ideas. The student would have been earned a low grade if not protected by the open-ended policy.
  • Short written assignments yielded less usage. The students were aware that it would take longer to pull it down from ChatGPT than producing a writing.
Implications into my teaching:

Students need detailed guidelines on how to use ChatGPT on each assignment. An assignment where ChatGPT was absolutely prohibited should also be noted clearly at the top of such assignment. For example, I realized ChatGPT was very good to provide translation in context to produce their flashcards in Spanish/English. I encouraged students using it for this assignment, and it yielded higher usage. In one written and proctored exam, one student used it to respond to only three questions in the exam as advised at the top of the instructions. I believe such report was accurate due to this student's performance in the exam. If she used it longer than that, it didn't work.

Students who are not using it may be at disadvantage when the professor is not aware of such potential usage. For example, in such Flashcard assignments, students who didn't use it produced poorer translations, but more authentic. In another assignment, students used it to analyze a song. The students who used ChatGPT produced the most accurate responses to what I was expecting. Saying students that I wouldn't grade grammar, spelling or accuracy helped students earn authenticity. I learned to see values in choppy sentences, spelling mistakes and inaccurate thinking.

Sunday, September 17, 2023

Teaching at the edge of doomsday: chats with a robot

 I know we are barely adapting as educators to a post-COVID world, and some of us never adapted (because we die). And now, there is something worse coming to make us adapt again. And then another and another thing will come. As Alvin Toffler said, the shock of the future will put humanity in a constant situation of having to adapt to a new time as if it had traveled to a completely new culture.


At least in the United States, the amount of college students will decrease drammatically. A student who has been passing classes using AI-generated content without accountability will be disengaged with harder and harder classes until dropping out. If the habit started in high school or middle school probably won't ever dare to try college. Also, the student who got accustomed to have a machine write the boring stuff for them won't be psychologically ready to embrace challenging situations. Those will be students with poor coping abilities to stretch their comfort zones.

AIs can respond to almost any question even if cleverly crafted. AI has keen critical thinking, overflowing creativity, the ability to read information if we input the right wording, and the ability to self-correct errors.  Tasks impossible to respond through AI will be so difficult for the average students ending in losing motivation. Handwriting tasks will be time-consuming and, again, the AI-infused student will ask themselves: why should I have to do this, if the machine does it for me? The student who has been following a course through ChatGPT will fail in-person exams. All of this will lead to new drop-outs. In general, the lazy student won't find a way to feel challenged, and will drop out eventually out of boredom.

The college population will decrease dramatically, and officials will blame the demographic cliff, leading to college professors to just adapt to the new wave of college closures. Spelling and writing, crafting paragraphs, constructing a sentence, and searching for vocabulary will be like calligraphy, obsolete skills. Writing courses will disappear, and will be replaced by Creativity courses where students will be praised if they come up with something an AI can't. Error will have an enormous value and it will be even praised as an achievement. As Dav Pilkey suggests in his comic about Cat Kid Comic Club, honors will be awarded to the worst-written assignments. (I already provide secret extracredit to poorly written essays.) Reading error will be like listening an old LP, where we enjoy the background noise as part of such vintage experience.

College and secondary school will collapse together as a single thing. Companies will train their workforce from childhood. Using the talent hunt model as in sports, companies may be recruiting their developers, coders and analysts in elementary schools. They will be taken to the company's school since a young age to learn everything from math to science and writing while gradually specializing in the skill needed for the company.

AIs will be slowly eating us from within like a silent cancer. When we realize what it has done to us, we will have a mass of citizens who don't know how to think. Like Aldous Huxley's "Brave New World," there will be a mass of people doing various jobs with very low pay and will be almost like animals. This is when the newly-created system will be in danger. The new elite that will be created will be thirsty of the savage and the incorrect, and will hunt for it as the lost paradise. 

And let me tell you what will happen with research. The lit reviews will disappear because all will be replaced by a data-based that shows the summary of results. You will produce a new paper for such database without having to write anything, just reporting the findings. However, there may be a new research genre closely related to fiction where research will depend on the worse yet most innovative wording ever. Those will be labeled on the Internet. If your findings were inocuous and your writing was boring, your research will disappear in this new world.

To summarize with.... Oh no, this sounded so ChatGPT.