Friday, October 29, 2021

Osquítar, Varguitas

 "Dígale a Varguitas", el tratamiento más condescendiente para referirse a un empleado que lleva muchos años trabajando en el mismo puesto en trabajos manuales o de vigilancia. El apellido de la persona es "Vargas", pero el diminutivo es "Varguitas". Es decir, se pone el diminutivo antes de la "s".

Nótese que los diminutivos van siempre al final de la base de la palabra, aunque la palabra termine en ese. Por ejemplo, si fuera alguien francés, diríamos un "francesito" no "un francitos". Y obviamente se dice "vaca" y luego "vaquita", "bajo" entonces "bajito", "gorda" y el diminutivo es "gordita". Se añade el sufijo "it" y al final se añade la marca de género. Y si es plural, la marca de plural va después de la marca de género: "flaquitas", "gorditas", "vaquitas"... Es decir, el diminutivo no es "ito" o "ita" sino el sufijo "it" al que se añade la marca de género y luego la marca de plural.

Lo que me parece más curioso y extraño en el caso de "Varguitas" es que la base de la palabra es "Vargas" y la "s" no marca plural. "Vargas" es el mismo caso de "francés", que terminan en ese, pero la ese no marca plural, sino que la ese es parte de la base de la palabra. Sin embargo, sí diríamos "un francesito" pero no "Vargasito". Aunque habrá quién dirá "Vargasito" por ahí.

El hecho es que la existencia de "Varguitas" es un fenómeno bastante peculiar. El diminutivo "it" ya no se pone al final, sino que se pone en medio de la base de la palabra. Se convierte en un infijo. Un infijo es básicamente un sufijo que se pone en medio de la base de la palabra. 

Pensé en otros ejemplos de este caso y estos fueron los que se me ocurrieron:

  • Óscar - Osquítar
  • Ómar - Omítar
  • Carlos - Carlitos
  • Bolívar - Bolivítar
  • Héctor - Hectícor
  • César - Cesítar
  • Harold - Harítol
  • Vargas - Varguítas
  • Víctor - Victícor
  • Édgar - Edguítar
Ahora miremos otros ejemplos similares, primero con infijo, luego con otras posibilidades como sonarían:

  • James - Jamitos - Jamesito
  • Flores - Florítos - Floresito
  • Gladis - Gladítas - Gladisita
  • Dámaris - Damarita - Damaritas - Damarisita
  • Ester - Estícar - Esterita
  • Martínez - Martinítoz - Martinecito
  • David - Davitod - Davidcito
  • Abel - Abitol - Abelito
  • Aldemar - Aldemítar - Aldemarito
  • Osmer - Osmítor - Osmerito
  • Nieves - Nievitas - Nievesita - Nievesitas
  • Raúl - Rauítol - Raulito
  • Salvador - Salvadítor - Salvadorito
Digamos que todos son posibles, porque siempre a alguien se le puede ocurrir un diminutivo raro, pero no suenan tan natural como los primeros ejemplos.

Si nos atenemos a estos datos, entonces tenemos que los diminutivos infijales se usan solo en nombres propios masculinos de dos sílabas con acento en la penúltima sílaba termiandos en "a" o "o" + "l", "r" o "s". 

"James" podría decirse "Jamitos", pero sería más natural "Jamesito" porque termina en "e" + "s", no es un "a" ni una "o". Lo mismo pasa con "Flores". En "Gladis", tal vez "Gladitas" sería posible, pero "Gladisita" suena más natural, porque es nombre de mujer. Sin embargo, es posible que simplemente yo nunca lo haya escuchado muchas veces porque no es un nombre muy común. Y nombres de mujeres terminados en "s", "r" o "l" de dos sílabas con acento en la penúltima sílaba no parecen muy comunes. No pude encontrar otro sino "Gladis". En cambio "Carlos" se usa tan comúnmente como "Carlitos" siguiendo las mismas condiciones, con la única diferencia de que es nombre de hombre. 

Ahora bien, los nombres terminados en acento agudo o en la última sílaba parecen no recibir bien el infijo, aunque "Aldemítar" podría aceptarse. En cambio "Salvadítor" suena bastante exótico y rebuscado. Pero en cambio se oye tan comúnmente decir "Harítol" y menos "Harolito". La única diferencia es que "Salvador" tiene tres sílabas y es palabra aguda.

Me gustaría conocer sus apreciaciones sobre el particular, sobre todo si tiene anécdotas de diminutivos por el estilo que contribuyan a mejorar mis datos.

Halloween

El Halloween es obviamente una fiesta de origen católico. La palabra inglesa "Halloween" viene de "Hallow" que se relaciona con el moderno "holy" o "sagrado", y "een" que era una forma de "even" o "eve" que significa víspera. Era la fiesta para festejar la fiesta de todos los santos que viene el primero de noviembre y el dos de noviembre.

El día de los muertos que se celebra en México está relacionado con el día de todos los santos. El culto a los santos en el imaginario católico no es más que una manifestación del viejo culto a los muertos, a los ancestros. Rezar a un santo que fue una persona de carne y hueso es rezarle a un difunto. Y esto tiene que ver con los cultos paganos al que el catolicismo impuso su imaginería.

La coincidencia cosmológica tiene que ver con la época de la cosecha en el hemisferio norte. Por eso, la calabaza es el símbolo de la cosecha. Sin embargo, las tradiciones comunes del Halloween como los disfraces, la decoración en torno a los muertos, la lámpara de calabaza que se pone al pie de la puerta, todo eso viene de los celtas.

El origen del Halloween es la fiesta celta del Samhain, lo cual está bastante bien documentado. Es un día de gran actividad espiritual porque es cuando se acercan más el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Probablemente los misioneros católicos crearon el día de los muertos con el fin de colonizar la festividad pagana. Tanto es así que el Papa otorga indulgencias plenarias para que las almas del Purgatorio pueden llegar al cielo.

No es una fiesta tradicional en Colombia, sino una fiesta que llegó relativamente tarde, tal vez a finales de 1970. Es posible que la fiesta haya entrado primero en Bogotá, pues todo lo nuevo entra por la capital por los mayores contactos con el exterior, y posteriormente se expandió a las ciudades. El hecho es que mis tíos y padres no se disfrazaron en Halloween, yo sí, pero no de bebé. Si esto es asi, yo tuve mi primer Halloween a mis tres años, o sea en 1980.

Mi suegra me dice que lo del Halloween en Bogotá ya estaba ocurriendo por allá por 1970, y en Cali, ella disfrazó a sus hijos allá a finales de la década de 1970. El hecho es que estoy tratando de documentar la entrada de la fiesta del Halloween en Colombia, así que si usted tiene información, escríbame a adiazcoll@gmail.com