Saturday, October 10, 2020

Puto

 

Recientemente se vio en la serie de Netflix “La casa de papel” (Money heist) que un grito de autosuperación es “soy la puta ama” o “soy el puto amo” o “somos los putos amos”. Este uso de “puto” es intrigante para muchos.

            Es común el uso de “puta” como sinónimo de “prostituta” en toda la historia del español. Se usa principalmente en femenino, como muestra la base de datos histórica de la Real Academia, que arroja 1360 casos para “puta” y 326 de “puto”.

            La palabra “puto” significaba también “yo pienso” en latín, de ahí la etimología mitológica de que “puta” es mujer que piensa. Joan de Corominas afirma que la etimología de “puta” para “prostituta” es incierta, y que tal vez se relaciona con el italiano anticuado “putto” = muchacho”.

            En español “puta” se encuentra desde el siglo XIII, y desde mediados del siglo XV se documenta “puto” = homosexual.

            El uso de “puto” antepuesto a un sustantivo sirve como intensificador de un atributo positivo o negativo del sustantivo, según el contexto y el tono como se use. Los intensificadores del sustantivo no son comunes. Un intensificador común es “muy”, pero solo funciona con adjetivos y adverbios.

            Los intensificadores de los sustantivos son los adjetivos antepuestos. Por ejemplo, notemos la diferencia entre “buen amigo” y “amigo bueno”. El adjetivo “buen” antepuesto significa un amigo cercano, o sea que es un intensificador del atributo positivo del ser “amigo”. En cambio, “amigo bueno” sí indica que el amigo en realidad es buena persona en el sentido moral.

            Si anteponemos otro adjetivo, por ejemplo, “gran”, el significado no es muy diferente: “él es un buen amigo/gran amigo”.

            “Gran” es la forma antepuesta del adjetivo “grande”, pero antepuesto pierde el significado de “grande”. “Gran amigo” es un amigo cercano, pero “amigo grande” es un amigo de tamaño grande.

            Cuando el adjetivo aparece antepuesto, muchas veces pierde elementos fonéticos, como en los casos que ya vimos: no se dice “grande amigo”, sino que se pierde la última sílaba completa. En “buen amigo”, se pierde la última vocal.

            Esto ocurre con otros adjetivos antepuestos como “el tercer piso” en vez de “el tercero piso”.

            ¿Por qué pasa esto? Por la alta frecuencia de uso. Es la teoría que se llama de “gramaticalización”. Las palabras que se usan con alta frecuencia empiezan a perder significado y a perder elementos fonéticos. Un ejemplo clásico es el futuro “voy a salir”. “Voy” significa movimiento, pero en el siglo XVII empezó a usarse con tanta frecuencia que perdió su sentido de movimiento, para volverse una marca de futuro. Así pues, la gente ni siquiera dice “voy a salir” sino “vua salir”. Pierde elementos fonéticos.

            Los adjetivos antepuestos, pues, son elementos en proceso de gramaticalización. Y esto es lo que pasa con “puto” o “puta” como adjetivo. Posiblemente debido a una alta frecuencia de uso empezó a usarse antes del sustantivo y así fue perdiendo su sentido de “prostituta” y a usarse en masculino sin tampoco significar homosexual.

            No solo pierde su significado de “prostituta” u “homosexual”, sino que se convierte en un simple intensificador del sustantivo con variadas intenciones según el contexto.

            Por ejemplo, he escuchado que se usa para indicar “el ya mencionado reiteradamente”. Yo le digo a alguien: “pásame el control remoto”. Y el otro no me hace caso. Luego vuelvo a decírselo y a reiterárselo hasta que finalmente me enojo y le digo “que me pasés el puto control”. Entonces indica “el ya mencionado reiteradamente”. Mejor dicho, funciona como un intensificador del mismo artículo definido.

            También lo he escuchado en el sentido intensificador de la carencia del sustantivo, como “no tengo ni un puto peso” o “no me dijo ni puta palabra”. Significan “no tengo ni siquiera un peso” o “no me dijo ni siquiera una palabra”.

            Si alguien le dijera a otro “soy tu puto amigo”, significaría algo como “recuerda que soy tu amigo y no lo has querido reconocer”, un poco como un intensificador del recuerdo, relacionado con “pasame el puto control remoto”.

            Se encuentra en expresiones fijas como “váyase a la puta mierda”, que es como “no lo quiero ver a usted, es mejor que te retires porque estoy muy enojada”.

            Para el hablante de inglés, “puto” funciona muy bien como traducción de “fucking” que sirve para todo: “go to the fucking hell”, “I’m your fucking friend”, “I’m the fucking king”, “Pass me the fucking remote…”.

Y encontré en el corpus histórico que en España se usa “puto el postre”, pero no puedo explicar qué significa.

            Cuando los españoles dicen “soy la puta ama”, más bien, se refieren a que se intensifica el atributo positivo de “ama”. Entonces “soy la puta ama” indica que me atribuyo ser la más poderosa de todas.

            Sorprendentemente parece que “puto” como intensificador es bastante antiguo. Miremos algunos ejemplos que trae el CORDE:

(1)   1406 - a 1435, Juan Alfonso de Baena: “medio puto vos queda el tabique”.

(2)   1445 – 1480, Antón de Montoro: “no pude perder el nombre / de viejo, puto y judío”.

(3)   1450 - c 1480: “del encuentro que vos dio / aquel puto de judío.”

(4)   1465 – 1466: Coplas del provincial: “di a tu hermano, por mi amor / que castigue su trasero / de tanto puto palmero / como trae alrededor”.

            Pues parece que “puto” se usaba ya como insulto desde comienzos del siglo XV, como muestran los ejemplos (1) y (2). El ejemplo (3) es bastante importante porque muestra una transición a su uso como intensificador “puto de judío”. Es posible que se usara así por mucho tiempo y que posiblemente se fuera omitiendo “de”, hasta desembocar en ejemplos como el (4) donde se observa “de tanto puto palmero”.

            Este uso con “de” lo veo documentado hasta el siglo XVII, y luego sigue usándose “puto” como intensificador del sentido negativo del sustantivo. Como intensificador del sentido positivo del sustantivo parece que sí es un fenómeno más moderno.

            “Puto” como intensificador presenta concordancia de género y número con el sustantivo: “soy el puto amo”, “soy la puta ama”, “somos los putos amos”, “somos las putas amas”.

            Otro tema es “putas”, como cuando se pregunta: “¿Dónde putas estabas?” (Where the hell were you?). O también como en la novela de Manuel Zapata Olivella: “Changó el gran putas” (Changó de Great Badass). Esta forma sí está mucho más avanzada en su proceso de gramaticalización porque ya ni siquiera cambia su forma para concordar en género y número. Para la próxima.

           

 

Thursday, September 3, 2020

Aserejé

Quiero hablar de esta canción tan de moda en los 90s, el Aserejé, de las Ketchup. Hasta decían que si se ponía al revés se escuchaban mensajes subliminales. Pues aquí voy a dar mi interpretación de la canción.

Es conocimiento wikipédico que el coro “Aserejé ja de je, de jebe tu de jebere sebiunouva, majabi an de bugui an de buididipí” no está en otra lengua que el inglés. Sí, el coro es inglés falso o inglés caricaturizado por alguien que lo canta mal. Es como si un español (en este caso, Diego) estuviera cantando en inglés la canción “The Sugar Hill Gang - Rapper's Delight”, y si notan, al principio el rapero parece que estuviera diciendo aserejé, etc. 

La palabra "aserejé, ja" es en realidad "I said a hip, hop"=Yo dije un hip, hop. El pronombre I=yo se pronuncia como una A simple por variación dialectal del inglés afroamericano. La palabra "said"=decir en pasado, se pronuncia "sed". Y la D de "said" suena como la R española como en inglés estadounidense. La P de Hip y Hop se eliminan completamente, lo cual es también común en español. Originalmente "I said a hip, hop" suena "A sere hép, hop". Entonces las ketchup lo vuelven "Asere jé, ja".

La canción comienza diciendo “Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina, viene Diego rumbeando”. Aquí se usa “rumbeando”, en mi opinión, con un juego de doble sentido: como bailando o haciendo fiesta, y también como bailando rumba, eso sí, rumba flamenca. La canción cuadra perfecto con el compás de la rumba flamenca.

Viene Diego con restos de contrabando, es decir, con drogas, y cuando llega la media noche, se emociona en la disco con la canción más deseada, aserejé ja de je, de jebe tu de jebere…. O sea, ni siquiera entiende la canción, no la puede cantar bien, y ahí está cantándola en inglés chapucieado, y tal vez bailándola como si fuera una rumba flamenca.

El bailadito bobo que se hizo popular en el coro de la canción, me parece una burla a alguien que trata de bailar rap, pero le sale con un estilo flamenco, que es ni lo uno ni lo otro. Las manos hacia adelante no son más que ese intento por hacer rap, pero hace el movimiento de caderas tan flamenco y las manos suben y bajan como en el flamenco.

Y luego dice: “Diego tiene chulería y ese punto de alegría, rastafari afrogitano”. Alguien que sepa qué es chulería que comente o me ponga un email. Pero este verso es muy importante porque el protagonista de la canción es afrogitano. De alguna manera se siente identificado con el componente afro del hip-hop, pero lo flamenco se le sale de una manera caricaturesca.

La canción es una burla entonces a los gitanos que ya no practican sus danzas tradicionales, y que les gusta todo lo extranjero, pero no siquiera lo entienden bien y terminan sacando su ancestro sin querer.

Sunday, August 30, 2020

Acento de Karol G y Maluma

 Escuchando cantar a Karol G y a Maluma me causó mucha impresión cómo se les siente el acento paisa hasta cantando. O sea, la melodía de la música impone ya una melodía que enmascara la melodía del habla cotidiana. ¿Cómo es posible que se oigan con acento paisa?

El acento paisa, como todos sabemos, se refiere a la forma como se habla en el departamento de Antioquia en Colombia. Antioquia está ubicado en el noroccidente de la cordillera de los Andes. Prácticamente ahí acaba la parte de la cordillera que se extiende al noroccidente. Este acento se caracteriza por una melodía de tonos mucho más amplios que el resto del español colombiano.

Ellos se oyen con claro acento antiqueño no por el cantado, sino por un sonido especial: la S entre vocales. Usualmente la S se produce con una fricción de la lengua sobre los alvéolos del paladar sin afectar el movimiento de las cuerdas vocales. Esto se conoce como una articulación “sorda”: no hay vibración de las cuerdas vocales.

En cambio, los paisas en ciertos momentos pueden hacer una articulación distinta de cuando está entre vocales. Ellos pueden producir una vibración de las cuerdas vocales que produce un rasgo muy distintivo de su acento. A la vez, para los que no son colombianos, esto puede dar un efecto bastante estiloso y exótico que pueden percibir simplemente como un rasgo pop.

Un ejemplo: “Mi cama suena y suena” dice Karol G, pero ella produce una vibración especial en la S que afecta el movimiento de las cuerdas vocales, cuando en español estándar no se produce. Es decir, sonaría como /mi káma zuéna i zuéna/ en notación fonética. Y ella es bastante consistente en pronunciar la S de esta forma.

Maluma, además de esto, produce una S más al estilo con el que los colombianos reconocemos el acento paisa. Es una S que suena como roñosa, como con un ruidito especial, parecida a la que hacen los españoles. ¿Cuál es la clave de esta S? La S Latinoamericana se hace poniendo la lengua de forma plana contra el alvéolo del paladar, pero la S española (del norte de España especialmente) surge de una concavidad de la lengua contra el paladar. Es decir, la lengua se enrolla un poco para pronunciar la S.

Es mi opinión que Maluma tiene la S más paisa que Karol G, que es similar a la S española. Sin embargo, Karol G tiene la S sonora más paisa que Maluma, aunque Maluma produce esta sonoridad algunas veces.

Saturday, August 1, 2020

Tusa

Gústenos o no el reggaetón, la palabra “tusa” se ha hecho famosa gracias a la regaetonera paisa Karol G y su colaboración con Nicky Minaj. Y ella lo define muy bien: “tusa” es una “depresión tonta”. Bastante también corrió entre los mamertos que nos sentimos tristes porque ganó el NO en el plebiscito por la paz en 2016, porque perdió la Consulta Anticorrupción, o porque ganó Iván Duque. Pero no por eso se hizo famosa internacionalmente, solo por Karol G.

Ahora pego aquí lo mismo que publiqué en El País de Cali.

“Tusa” se utiliza para expresar el sentimiento de tristeza, en principio, derivado de una decepción amorosa, solo en español colombiano, según el diccionario en línea AsíHablamos. La conocí recientemente por unas bogotanas que preguntaron por esa palabra para un trabajo periodístico. Para mí era solo el resultado de un corte de pelo mal hecho.

“Tusa” proviene del latín “tundere”, que significaba “cortar, podar”. De este verbo se derivó la palabra “tundir”, y significa también “cortar, podar”, pero “tundir” no se usa mucho hoy en día.

De “tundir” proviene la palabra “tunda”, para “golpiza”. La acción de podar una planta requiere de un golpe repetido de un objeto contundente. Por extensión metafórica se aplicó “tunda” a cualquier golpiza, no solo a una planta. Esto siguiendo información del diccionario de la Real Academia y el de Joan de Corominas.

En latín, el participio de “tundere” era “tonsus”. Pero vamos por partes. Expliquemos primero qué es un participio, porque esto es importante para entender la evolución de “tusa”.

Un participio es una forma verbal que indica el estado resultante de una acción a manera de adjetivo. En español, el participio generalmente se forma con la adición de la terminación “ado” o “ido”: “ado” para verbos terminados en “ar” e “ido” para verbos terminados en “er” o “ir”.

Por ejemplo, el participio de “hablar” es “hablado”, el de “correr” es “corrido” y el de vivir es “vivido”. El participo de “fregar” es “fregado”, por eso decimos “estamos fregados”, que es el resultado de que alguien nos friegue y nos friegue todo el tiempo. O decimos: “estoy molido”, que es el resultado de moler y moler, en el sentido metafórico de “moler” como “trabajar”.

En otras ocasiones el participio se refiere a una acción o situación que empezó en el pasado y continúa en el presente. Esto ocurre en construcciones con el verbo “haber”, cuando se conjuga “he”, “has”, “ha”, “hemos”, “han”. Entonces decimos “siempre he querido viajar a Europa”, para indicar con “he querido” una situación de “querer” que hemos experimentado en el pasado y se proyecta hasta el presente.

En latín, muchos más verbos tenían un participio que no seguía un patrón de conjugación, sino que conjugaba a su antojo. Eran participios irregulares, pues no seguían esa regularidad. Por ejemplo, el verbo “confundir” tenía el participio “confuso”, y alguien podía decir “estoy confuso” en vez de “estoy confundido”; “estoy arrepiso” en vez de “arrepentido”; “la sopa ya está cocha” en vez de “cocida”; “el palo está tuerto” en vez de “torcido”.

En algunos casos, sobrevivieron los participios antiguos como meros sustantivos o adjetivos, pero ya no tienen uso de participio. La palabra “tuerto” se usa para referirse a la persona ciega de un solo ojo. Es lo que pasó con “tusa”, que proviene de un participio que se volvió sustantivo.

En muchos casos se tomó la forma femenina para darle forma al sustantivo. Veamos la palabra “salida”, que es participio de “salir”, que se usa como sustantivo: “la salida es por esa puerta” o “la salida es a las 2pm”. También “vuelta”, que deriva del participio “vuelto” (“volver”), y en español colombiano puede ser una diligencia, o la cantidad restante de una transacción hecha con efectivo.

Entonces el participio de “tundir” era “tonsus”, de donde surgió “tuso”, porque los latinos eliminaron la “n”. Sí, los antiguos también se comían letras). “Tuso” tomó la forma femenina “tusa” para referirse al evento de podar como tal. Por esta razón, el corazón de la mazorca se denomina “tusa”, siendo el resultado de quitarle todos los granos. Esto según el diccionario de vallecaucanismos de Leonardo Tascón.

Posteriormente, por paradojas o ciclos de la evolución lingüística, muchos sustantivos derivados de participios se convirtieron otra vez en verbos. Un ejemplo es “fritar”. El participio regular de “freír” es “freído” y el irregular es “frito”. El irregular terminó como adjetivo, “frito”, y de este adjetivo surgió “fritar”. Por esta paradoja tenemos el verbo “tusar” y no “tundir” significando “podar, cortar”.

Es posible que su significado de “tristeza” derive, pues, del mismo proceso que dio “tunda” como golpiza, por la acción de golpear que se requiere para podar una planta. Una “tusa”, pues, implica la sensación de estar golpeado por una situación abstracta que lo lleva a uno al abatimiento moral.

Pienso que este proceso metafórico se llevó a cabo primero en el área cundiboyacense, pero eso lo digo por mi experiencia, no por datos lingüísticos. Yo conocía “tusa” solo como resultado de un corte de pelo mal hecho.

No conocía “tusa” como decepción amorosa hasta que me la preguntaron las bogotanas. Tampoco es posible precisar cómo llegó a especificarse hasta referirse en principio a la decepción amorosa. Si por ahí sigue evolucionando hasta indicar decepción por un evento político, podríamos estar viendo nuevas derivaciones semánticas hacia el futuro.

(Hasta aquí la publicación de El País).

Ahora bien, un lector que conoce la lengua emberá chamí, que pertenece a la familia lingüística chibcha, afirma que existen las siguientes palabras en emberá:

“Be maiz. Betununa granos de maiz. Tununa o tuna o tusa vastago donde estan los granos de maiz, chibcha puro. La tusa es un vastago de una mazorca de maiz, sin granos, vacía”. Vea la referencia a su blog aquí y a la fuente lingüística aquí.

La palabra “tusa” en su extensión geográfica coincide con la familia lingüística chibcha: Panamá, Centroamérica, Antioquia y Venezuela. Sin embargo, otras acepciones de “tusa” se encuentran en Cuba: “cigarrillo de hoja de maíz” y Argentina: “acción y efecto de tusar las crines”, lo que podría estar en contravía con la idea de que fuera un indigenismo. Es posible que la palabra “tusa” fuera un hispanismo introducido en la lengua embera. Es un misterio difícil de solucionar, pero no me parece imposible que “tusa” relacionada justamente con el maíz fuera de origen indígena, pero sí menos probable. No se conoce “tusa” en España, así que esto hace difícil constatar que se trate de una palabra hispánica. Ahora bien, puede tratarse de una adaptación de “tunda” que hicieran los españoles en América para referirse a un concepto que no podían nombrar en su lengua.

¿Cuándo escuchó la palabra “tusa” por primera vez, y con qué significado? Escríbame a lenguaencolombia@gmail.com


Sunday, July 19, 2020

Cancha

La palabra cancha es de origen quechua, y está bastante extendida en el ámbito hispanoamericano. La palabra más castiza es campo, no cancha. Cancha hoy en día se refiere a un campo de juego como sugiere la definición de la Real Academia. En quechua significaba “espacio cercado” y servía también para referirse a un campo de cultivo, a un sitio delimitado para vivienda de un grupo de habitantes, tal como un vecindario.

Habría otra palabra similar en quechua, “kamcha”, que significaba maíz tostado, así que también puede referirse a un campo de maíz (vea enlace).

Aparece documentada por primera vez en Historia de los Incas del español Pedro Sarmiento de Gamboa en 1572 según el CORDE: “ Y desta manera Mango Cápac y Mama Guaco y Cinchi Roca y Mango Sapaca poblaron aquel sitio dentre los dos ríos, y hicieron la Casa del Sol, a que llamaron Indicancha, y todo aquel sitio questá desde Santo Domingo hasta la junta de los ríos dividieron en cuatro vecindades o solares, a quellos llaman cancha. A la una llamaron Quinti cancha, a la segunda Chumbi cancha, a la tercera Sayri cancha, a la cuarta Yarámbuy cancha. Y repartierónlas entre sí, y así poblaron la cidad, que por el mojón de Ayar Auca se llamó Cozco”.

En 1590 aparece en un texto anónimo de una persona que se identifica como indígena quechua: “Asimismo mando Para la dicha mi muger vna /20 papa cancha de ocas que tengo sembradas en / yntepcanchan. / Declaro que tengo quatro canchos de papas que tengo / sembrados, do dizen viracocha <tach: cancha> bacón, mando / a la dicha doña maría, mi muger”. Este dato lo aporta Rosario Navarro Gala para la base de datos CORDIAM.

En un probable sentido de cultivo, aparece documentada también en Huamán Poma de Ayala, 1615: “Cómo tenía el Ynga rriquesas de oro, /25 curi plata culqui, piedras priciosas umina, rropa / pacha, estancias, cancha, moya, semeteras chacra / y ganados llama y otras rriquiesas deste rreyno”. Este dato lo aporta también Rosario Navarro Gala para la base de datos CORDIAM.

García de Llanos define “cancha” en 1609 así: “cancha: Quiere decir en la general patio o corral, delante de la vivienda. Y en el Cerro, asimismo, se usan delante de los buhíos donde viven los mineros y se recogen los metales, y sirven de poner en ellas el que se va sacando de las minas, cada indio su hilera de montones de por sí, donde se limpia y está hasta que todos salen a dar cuenta de lo que han trabajado los días que se dicen de cancha o de pallar (como se dirá en su lugar), y allí se les toma y lo entran luego al buhío. Hay una cancha grande al pie del Cerro, donde se reparten los indios de cédula o mita los lunes que la hizo don Pedro de Lodena, aunque el orden de salir allí a cumplirse fue del Sr. doctor Arias de Ugarte, y es muy bueno”.

El uso más hispanoamericano de “dar cancha” para dar una oportunidad puede referirse a este tiempo que se tomaban para trabajar en la cancha. Ahora, sobre el paso de cancha a campo de juego.

En Paraguay lo vemos documentado de nuevo en 1790: “Hasta aquí lo principal del río se dirige al N 1/4 NE, en una cancha de más de tres leguas de largo” según el CORDE. En este documento todavía no hay nada que indique que se refiere a campo de juego.

La primera documentación que encuentro de “cancha” como “campo de juego” aparece documentada en 1896, en un documento de Montevideo, según el CORDIAM: “Ayer se efectuó un partido à cesta en la cancha del Jai-Alai. // Urquizú y Agustin colorados contra Tito y Zaterain. // La plata salió á favor de Tito y Zaterain pero el partido fué reñido hasta el tanto 40 en que Tito y su compañero sacaron algunos tantos de ventaja llegando á los 50 cuando tus contrarios tenían 45”.

¿Cómo es posible una introducción tan reciente de “cancha” que finalmente se popularizara por toda Hispanoamérica? ¿O ya existía la palabra desde antes, solo que no aparece en la documentación escrita? No tengo respuesta a estas preguntas.


Thursday, July 2, 2020

Guachafita


“Se acabó la guachafita”, es una expresión que se oye comúnmente en Colombia, especialmente en la costa Caribe. La verdad yo nunca he visto la palabra “guachafita” en otro contexto que no se refiera acabarse. Nunca he escuchado “empezó la guachafita” o “vamos a hacer una guachafita”. Siempre se refiere a terminar una fiesta en tono autoritario.
“Guachafita” se documenta en Doña Bárbara, obra del venezolano Rómulo Gallegos (1929), también con el verbo “acabarse”. Es decir, históricamente la palabra “guachafita” parece referirse a un estado de desorden que se termina. Es la idea de una fiesta que resulta interrumpida por alguna imposición autoritaria.
            “Huachafita se documenta en Los cachorros (1967) del peruano Mario Vargas Llosa, y también se refiere a una fiesta. También el peruano Juan Apapucio Corrales (1908-1930) emplea “huachafa”, para referirse a una mujer que cantaba ciertas cosas en el desenfreno de una fiesta. Todo esto según la base de datos de la Real Academia, CORDE.
Según el diccionario de Joan de Corominas, la palabra “guacho” o “huacho” provienen del quechua “uáicha”. En la lengua indígena quechua significa “huérfano, indigente”, de donde proviene “guácharo”, que significa “llorón”. De ahí su relación con la acepción de “ruido, alboroto”.
Otra acepción de “huacho”, según el diccionario de la Real Academia, es “surco”, y proviene del quechua “huachu”. De ahí proviene el verbo “huachar”, que significa “arar la tierra”. Así que lo huachafo o guachafo puede provenir de lo ruidoso del arado.
Pero también está la palabra “guache”, que además de significar hombre patán y maltratador de las mujeres, se refiere a un instrumento “agitador”. Es una especie de maraca que se utiliza en la cumbia colombiana.
“Guache” también parece ser un quechuismo que aparece en 1608 en una descripción de Bolivia, y significaba cierta raíz medicinal: “Hay en este corregimiento una raiz que llaman los españoles contrayerba, pepita y resina de quiñaquiña, y una raiz que llaman guache; y alguna zarzaparrilla. La contrayerba es contra ponzoña; las pepitas y resina de quiñaquiña son para heridas y zahumerios, el guache para sacar frios, la Zarzaparrilla para sudar” (CORDE).
Yo creo que el asunto más bien va por este lado: tenemos un instrumento que se usa en la cumbia y esto coincide con el área caribeña. Pudo haber sido un término de origen caribe, no quechua. Pudo haber surgido más bien como un nombre onomatopéyico que se refiere al sonido guacho guach, guacho guach, que hace la maraca en el sonido de la cumbia.
Lo usa Tomás Carrasquilla en La marquesa de Yolombó tal vez refiriéndose al instrumento musical: “Yolombó sigue con sus hábitos, sus muchos vicios y sus pocas virtudes; pero los espíritus jocundos y retozones han huido de esos ámbitos: ni una copla ni un paso de baile ni un guache ni una vihuela”.
Y lo digo porque generalmente los quechuismos léxicos no pasan del suroccidente colombiano. Por ejemplo, “chuspa” que es un quechuismo, se usa hasta el Valle del Cauca y no sube más al norte. Lo mismo pasa con “zapallo”, también llega hasta el Valle del Cauca y no sube más. De ahí para el norte todo es “ahuyama” y llegue a México y verá que le tienen otro nombre.
En cambio, las palabras de origen caribe, como “maíz” o “canoa” sí tuvieron mucho éxito recorriendo todos los territorios latinoamericanos. Esto porque entraron muy temprano en el español de los conquistadores de las islas caribeñas, y de ahí se extendieron porque esos mismos conquistadores llegaron a otros ámbitos.
Claro, hay otros quechuismos que sí tuvieron mucho éxito como “coca” o “papa”.
Ahora mismo recordaba cuando el presidente Iván Duque tuvo una victoria militar contra un guerrillero que apodaban el Guacho. Resulta que llega Iván es el man y dice “Al Guacho se le acabó la guachafita”.
En este contexto, se apela al apodo “Guacho” y su relación de sonido con la palabra “guachafita”. Se centra una vez más en la forma, en la asociación de sonidos. La asociación Guacho-guachafita indica que la violencia es una especie de ruido, una forma sin significado, una especie de fiesta que realizan los enemigos del orden. El área de influencia de Guacho sí era el suroccidente colombiano, hacia Ecuador, así que su apodo a lo mejor sí estaba relacionado con ser huérfano o campesino