Vallecaucano que se respete dice 'chuspa', pero ¿cuál es el origen de esa palabra?
Publicado en El País 10/10/2017
En el Valle del Cauca es común usar la palabra “chuspa”
por “bolsa de plástico”. Cuando estuve en Bogotá, sin pensar mucho, le pedí una
“chuspita” a la mesera bogotana, y esta se quedó mirando como si yo estuviera
hablando en otro idioma.
De
alguna manera “chuspa” sí es de otro idioma, pues es una palabra de origen
quechua (la lengua del Imperio Inca), según el diccionario de Leonardo Tascón.
Se usa en el español de toda el área de influencia quechua: Perú, Bolivia,
Chile y Argentina, según el Diccionario de la Real Academia.
Parece que solo en el español caucano-valluno tiene el
sentido de “bolsa de plástico”. Recuerdo que cuando viajé a Ecuador también
cometí el error de pedir una “chuspita”, y la cara del vendedor no fue de
extrañeza, sino de risa pícara. Al parecer tiene un significado erótico y
vulgar, que el lector podrá inferir.
Las
“chuspas” quechuas originalmente no son de plástico. Eran bolsas tejidas,
tradicionales de los indígenas quechuas, que se usaban para llevar hojas de una
planta sagrada: la coca (otra palabra quechua, “kuka”).
La coca era una planta de consumo exclusivo en rituales,
fiestas o funerales. En un manuscrito anónimo de principios del siglo XVII,
titulado “Relación de la coca y de su origen y principio”, se cuenta que la coca
era una diosa que fue transformada en planta.
Así pues, las chuspas tejidas también tendrían una
utilización ritual, para el consumo de la planta sagrada. Nicola Sharratt le
dedica un libro completo a las chuspas, llamado “Carrying Coca: 1,500 Years of
Andean Chuspas”, para ensalzar el diseño de las chuspas quechuas.
Los cronistas mencionan el uso de “chuspas” entre los
indígenas quechuas. El Inca Garcilaso de la Vega, cronista mestizo, las
menciona en 1609, y Huamán Poma de Ayala, el indígena cronista dibujante,
incluye las chuspas entre sus descripciones de las costumbres indígenas en
1615. Así lo atestigua la base de datos histórica de la Real Academia (CORDE).
El suroccidente colombiano recibió influencia quechua
porque el imperio Inca alcanzaba lo que hoy es Nariño. También por los
indígenas que trajo Sebastián de Belalcázar como servidumbre, los cuales se
llamaban “yanaconas”, o cargueros en lengua quechua. De hecho, la comunidad
yanacona existe hoy en día en el Valle del Cauca.
Las palabras quechuas que entraron al español se conocen
como “quechuismos”, y son numerosas: “papa”, “zapallo”, “ñapa”, “coca”, “guachafita”,
“guache”, “cancha”, “cholo” y “cholao”, entre otras muchas.
Ahora bien, si las “chuspas” son originalmente bolsas
tejidas, ¿cómo pasó a significar “bolsas de plástico”? Para responder esta
pregunta no podemos hacer más que especular, o plantear una hipótesis, pues no
existe testimonio escrito de este cambio.
Es posible, entonces, que el desarrollo de esta palabra
esté ligado también al de la coca. Como dijimos, no era una planta de consumo
corriente entre los indígenas en la época precolombina. Fueron los
colonizadores españoles quienes la convirtieron en producto comercial: se la
vendían a los indígenas para que resistieran las jornadas de trabajo que se les
imponía, según dice el manuscrito “Relación de la coca”.
Así pues, cuando la coca empezó a comercializarse, las
“chuspas” donde venían comenzarían a convertirse en corrientes bolsas de
mercado. La palabra “chuspa” probablemente significó “bolsa de mercado” durante
la época de la colonia en el Valle del Cauca.
Cuando aparecieron las bolsas de plástico para llevar el
mercado en los almacenes de cadena, se le empezaría a llamar “chuspas” a las
bolsas de plástico por usadas para llevar lo que se compraba. Muy pronto se
trasladaría el sentido de “bolsa de mercado” a “bolsa de plástico”.
La palabra “chuspa” tiene de por sí una cualidad sonora
similar a la bolsa de plástico cuando se remueve. Ese sonido “chus” se parece
mucho al “chus chus” de las bolsas de mercado que ahora nos cobran por usar.
El solo sonido de una palabra muchas veces tiene un
simbolismo que refuerza determinado significado. No está de más considerar que
el valor fonosimbólico de “chuspa” tuvo que ver con el sentido peculiar que
tomó en el Valle del Cauca.
La palabra “chuspa”, pues, se quedó para darle color a
este hermoso modo de hablar vallecaucano. Expliquémosle bien al bogotano lo que
significa y usémosla según nuestro capricho. Los vallecaucanos usamos palabras
bogotanas como “tusa” (depresión) o “pilo” (inteligente y trabajador), así que
ellos también pueden aprender “chuspa”.
¿Alguna vez escuchó a alguien usar “chuspa” con otro
significado que no fuera “bolsa de plástico”? ¿Como “bolsa tejida” o como
“bolsa de mercado” en general? ¿Dónde? Escríbame a mi correo lenguaencolombia@gmail.com para contarme, y ayudarme a seguir investigando.