“Buenos
días” es expresión corriente de saludo para las horas de la mañana, nos
referimos a un solo día, el que está transcurriendo. Por esta razón, muchas
personas optan por decir “buen día”. Se puede decir que quienes optan por “buen
día” emplean la solución semántica, mientras que los que preferimos decir
“buenos días” emplean la solución histórica. Es decir, por tradición, se
prefiere “buenos días” aunque no parezca tener relación con su significado.
El uso más antiguo de “buenos días”
lo encuentro en un documento medieval de 1431-1449, donde un hablante saludo a
otro “Dios vos salve e dé buenos días” (búsquese aquí en el CORDE). En
cambio, no encontré “buen día” en contexto de saludo.
Es posible, pues, que el origen de “buenos días” se
encuentre en la expresión “Dios te dé buenos días”, siendo la expresión de un
deseo general de bienestar para la persona, no solo para el día indicado, sino
para los demás días. Con razón dice Fernando Ávila que decir “buen día”
es tacañería semántica, pues se está restringiendo el deseo al día del
encuentro con la persona.
En todo caso, cabe recordar que la palabra “día”
proviene del latín “dies”, que se usaba con “s” tanto en singular como en
plural en algunos casos (véase ejemplo aquí). Es posible que esta ambigüedad
permitiera tanto referirse al día específico como para generalizar el alcance
del deseo.