Wednesday, November 30, 2016

Origen de las formas de hablar en Colombia

Lo que comúnmente se llama “acento” es lo que en lingüística se llama “dialecto, la forma de hablar de una comunidad localizada en un área geográfica determinada. En todos los países existen dialectos diferentes, pero los especialistas coinciden en Colombia tiene las diferencias más extremas. Hablantes extranjeros que escuchan hablar a un paisa, un costeño, un bogotano o un vallecaucano pueden pensar que son de países diferentes.
            La razón por la cual existen dialectos tan diferenciados es por la accidentada geografía colombiana. La cordillera de los Andes entra por el suroccidente colombiano y se divide en dos franjas: la occidental, surcada por el río Cauca, y la oriental. Al occidente, la amplia franja selvática que colinda con la costa Pacífica. Al oriente, una planicie muy amplia se extiende conforma la región de los llanos orientales, que se comparten con Venezuela, y más al sur está la selva amazónica, que se comparte con Perú y Brasil. Al norte, se encuentra todo el litoral Caribe.
            Durante la época colonial, la comunicación entre las regiones era muy difícil. Al interior de la región andina, la distancia entre los asentamientos andinos era muy difícil de atravesar sin carreteras ni ferrocarril. Viajar entre Popayán, Medellín y Bogotá una aventura que muy pocos osaban emprender. Si hoy puede tomar hasta 12 horas viajar de Cali a Bogotá, un trayecto que en avión toma media hora, para los antiguos era una travesía larga, peligrosa y costosa. Las vías acuáticas eran las que permitían alguna comunicación entre las regiones costeras, pero no todos salían vivos del penoso viaje por río.
Los españoles que llegaron en el siglo XVI quedaron aislados en sus respectivas regiones, sin comunicarse mucho con gente de otras regiones. Fueron creando a lo largo de la colonia sus propias formas de hablar, derivadas de la mezcla de los diferentes dialectos que se hablaban en España. A algunas regiones llegaron más pobladores del norte que del norte de España, como ocurre en la región andina, donde los hablantes pronuncian con más tensión las consonantes; a otras llegaron más del sur, como en las costas, que heredaron una tendencia a relajar más las consonantes.
Otro factor que contribuyó al aislamiento fueron las fronteras administrativas coloniales. El área suroccidental siempre estuvo ligada a Ecuador y separada del resto de la región andina. El área caribeña tuvo más relación política con las autoridades de las islas del Caribe. La franja norte de la región andina tuvo más unidad en torno a la Audiencia de Santa Fe. Esto ocurrió debido a la influencia de la multiplicidad de pueblos indígenas que había en el territorio en el momento de la colonización. El imperio Inca llegaba hasta el suroccidente colombiano y por eso esta área se adscribió al eje de gobierno de Quito. Los muiscas, que estaban en el área cundiboyacense, atrajeron el poder administrativo a Bogotá. El resto del territorio tenía numerosos pueblos indígenas que fueron aglutinando los nuevos poderes a sus respectivas localidades.
Solo en el siglo XVIII se unificó lo que es el territorio de Colombia, Ecuador, Venezuela y Panamá, para formar el Nuevo Reino de Granada, más tarde la Gran Colombia. Sin embargo, ya la distancia cultural entre las regiones había producido una gran diversidad lingüística. Algunos historiadores como Safford y Palacio piensan que estas divisiones culturales son la causa histórica de los conflictos y la violencia en Colombia. Todos los procesos democráticos deben pasar por un arduo consenso de las élites regionales que tienen intereses e idiosincrasias tan diversas que pueden resultar imposibles de conciliar.

REFERENCIAS

Esta información es ampliamente conocida en el ámbito de la lingüística hispánica, así que dar referencias puntuales implicaría hacer toda una historia de la filología y dialectología hispánica. Todo comenzó con la discusión de filólogos de principios de siglo XX sobre cuál es la "base" del español de América: Pedro Henríquez Ureña, Rodolfo Lenz o Max Wagner. Al principio se trató de definir el español de América como un resultado del contacto con las lenguas indígenas, pero esta hipótesis se descartó rápidamente cuando empezaron a trazar impresionantes paralelismos con el español andaluz especialmente. Sin embargo, poco a poco se fueron encontrango rasgos de todos los dialectos de España en dialectos del español de América. Más bien, esto llevó a considerar que la "base" del español de América era más bien el resultado de una mezcla de los diferentes dialectos de España. Autores más recientes como Germán de Granda, Claudia Parodi Maria Beatriz Fontanella John Lipski, Juan Ramírez Luengo y Juan Sánchez Méndez lo corroboran con diversos estudios con documentos coloniales y dialectología comparativa.
Esta mezcla se denomina "koiné". El término "koiné" viene del griego, para denominar la mezcla de lenguas helénicas que determinó el curso del griego clásico. Posteriormente se usó para denominar la mezcla de dialectos del español de España que ocurrió en las diversas colonias americanas. Para encontrar más información, pueden usar los siguientes términos en un buscador:

"Koinezación del español de América"
"Koiné del español americano"
"Base andalucista del español de América"

En mi tesis de maestría, efectivamente, encontré que los escribanos del siglo XVI y XVII unos tenían la distinción entre S y Z como castellanos del norte, y otros confudían ambas como andaluces, y cada cual era bastante consistente en estos rasgos escriturales. Es decir, es verdad que coexistían hablantes de diferentes dialectos americanos (ver tesis aquí).
La teoría del aislamiento es algo que resultó más de mi discusión con David Pharies en mi proceso de elaboración de mi tesis de doctorado publicada en mi libro Desarrollo sociolingüístico del voseo en la región andina de Colombia (2015). Aquí, por ejemplo, desmiento la hipótesis de la hidalguización para la conservación del voseo en el español de América. La hidalguización la escuché a mi profesor José Joaquín Montes cuando explicaba el voseo, y consiste en que los españoles usaron el "vos" por el ascenso social que experimentaron en América como una manera de marcar su "hidalguía" o nobleza. 
Este tipo de "vos" que se usa para hablarle a un inferior está muy estigmatizado desde comienzos del siglo XVII según mi observación de documentos coloniales, y se usa más bien en circunstancias de intimidad como entre esposos o amigos cercanos. En España desapareció el uso de "vos" más o menos en el siglo XVII, pero en América se mantuvo sobre todo en regiones más aisladas de los grandes ejes de gobierno. Confrontando esto con historiadores se observa que las regiones no tenían mucha comunicación con otras en la época de la colonia, y que así se estabilizaron los dialectos del español de América.
Bueno, aquí les dí el resumen de mi libro, pueden usarlo si citan el libro. 


Sunday, November 27, 2016

Acuscambado

“Acuscambado” describe un estado de ánimo melancólico que se refleja en una actitud corporal de silencio y recogimiento. Es una palabra muy común en el español colombiano, pero en especial el de la región del Valle del Cauca. El escritor vallecaucano Andrés Caicedo (1977) lo usa en boca de su personaje La Mona, para describir a su amigo Ricardo, quien se mostraba bajo de ánimo: “Pero él estaba más bien como medio acuscambado”, en oposición a La Mona que se encontraba muy animada para salir de fiesta.
            Es una palabra que proviene del verbo “acuscambar”, que en lengua quechua era “kusquipáyay” (Tascón) y significaba fatigar a preguntas o examinar a alguien con ahínco. Se usa mucho entre indígenas bilingües de algunos pueblos de Perú (Cotton y Sharp). En el suroccidente colombiano se usó probablemente hasta 1960, y luego se perdió el sentido verbal. El adjetivo derivado de este verbo es el que sobrevivió en el español del Valle del Cauca. “Acuscambado”, pues, se refiere al efecto que resulta de alguien que ha sido acosado a preguntas, que se mostraría fatigado o incómodo, posteriormente melancólico, como lo registra Andrés Caicedo. El sentido original de “acuscambar” se habría de perder cuando se impusiera el adjetivo que resalta el resultado.
            Sobre cómo llegó una palabra de origen quechua al suroccidente colombiano, al final de la entrada “zapallo” encontrará las posibilidades que se plantean. ¿Usted ha escuchado la palabra como verbo, "acuscambar"? ¿Ha escuchado la variante "acuscumbado", con dos "ús"?
            Gracias a Clara Inés, Carlos Hernán, Anny y Rafael que me ofrecieron información útil sobre esta palabra.

Tuesday, November 22, 2016

Mamerto

“Mamerto” en Colombia es una persona de izquierda o ideología comunista. Es un término despectivo que se asocia a un estereotipo como llevar mochila y mostrar poco esmero en el arreglo personal, además de una tendencia discursiva a emplear frases y palabras cliché como “el pueblo”, “neoliberalismo”, “lucha de clases”, entre otros. Es producto de la fuerte estigmatización que sufre la ideología de izquierda en Colombia.
            En otros lugares de Hispanoamérica significa “tonto” o “torpe”, como lo registra el wiki-diccionario Así Hablamos. En Colombia también tiene ese significado, pero este sentido ha sido desplazado por el de “izquierdoso” en los últimos años. Parece que Colombia es el único lugar de Hispanoamérica en el que ha surgido este significado, y esto ha dado lugar a diversos mitos sobre su origen. Según Arbeláez Pareja, proviene de la mezcla del nombre “Gilberto” y el adjetivo “mamón” (=cansón, fastidioso). Gilberto Vieira era un líder del Partido Comunista Colombiano del cual se diría que era muy “mamón”.
En la historia de la lengua hay muy pocas coincidencias. Si dos palabras parecen relacionadas, es porque están relacionadas. El sentido colombiano de “mamerto” (=izquierdoso) tiene que estar emparentado con el sentido hispanoamericano (=tonto). Es más probable que el sentido “izquierdoso” fuera una derivación metafórica del sentido original. En los años de 1958–1974 se vivió un período político en el que los partidos tradicionales se alternaron el poder para superar la violencia partidista, dejando por fuera los partidos de izquierda en la contienda electoral. A los simpatizantes de la ideología de izquierda los considerarían tontos, y poco a poco se especializó esta palabra hasta perder su sentido original.
El origen de “mamerto” en el sentido de “tonto” no tiene explicación segura. Se puede asegurar que es muy antigua ante la evidencia de que se usa en todos los países de Hispanoamérica. En el CORDE aparece la palabra “mamertino” desde el siglo XIV, como gentilicio de las personas de Messina, una ciudad en Sicilia. Fue una de las primeras ciudades que fue vencida por los romanos fuera de la bota itálica, así que es posible que existiera un estereotipo antiguo de que este pueblo no fue muy astuto al afrontar la batalla.

¿Alguna vez escuchaste “mamerto” en su sentido original? ¿Conoces otros significados, dentro o fuera de Colombia? Me gustaría conocer tu experiencia. Escríbeme a lenguaencolombia@gmail.com y sígueme en Facebook haciendo click aquí.

Monday, November 21, 2016

Verraco o enojado

Si alguien me dice: “Usted es muy verraca”, yo no me pongo verraca, sino que doy las gracias. ¿Por qué me habría de poner verraca, si ser verraco es algo muy bueno? En el español colombiano, una persona verraca es alguien que trabaja con empeño, dedicación y esfuerzo por conseguir sus objetivos, sin importar la adversidad. Es el significado que tiene cuando se usa con el verbo “ser”, que indica una situación permanente. Con verbos referidos a un estado emocional transitorio, como “estar” o “ponerse”, significa estar o ponerse muy enojado. Por su parte, cuando se refiere a una situación y no a una persona, significa “difícil”, como “ser pobre es muy verraco”. Referido a una persona, es un atributo positivo.
            Lo curioso es que esta palabra, como se usa en otros lugares del mundo hispano, puede considerarse un insulto. Lo supe porque una vez hablé con una escritora de Asturias, norte de España, que estaba construyendo un personaje colombiano para su novela Alicia o el teorema de los monos infinitos. Ella quería usar la palabra “verraco” en uno de sus diálogos, pero le parecía demasiado insultante para ponerla por escrito ante su público español. Ella se decidió por una expresión menos directa: “usted tiene mucha verraquera”. En el DRAE, por otra parte, se dice que la palabra “verraco” se usa en Cuba, y que significa persona indeseable o tonta. Es decir, un colombiano tiene que cuidarse cuando hable con un español o un cubano, porque puede decir un insulto cuando quiera referirse a una persona con esta palabra.
            El español colombiano casi ha dejado a un lado el significado original de la palabra, que se refiere al cerdo macho que no ha sido castrado. Todavía se usa así, probablemente sea una palabra que usen las personas dedicadas a la crianza de los cerdos, pero fuera de este ámbito ha adquirido un significado especial en el español coloquial de Colombia. El cerdo no castrado tiene las mismas propiedades que un colombiano atribuye a una persona o situación del mismo nombre: sería un animal que agresivo, de ahí el sentido de “enojado”; un animal difícil de controlar, de ahí el sentido de situación difícil; y un animal que consigue sus objetivos a como dé lugar, de ahí el significado de “trabajador, emprendedor”.
            No es posible determinar cuándo empezó a usarse con estos significados metafóricos de “enojado”, “emprendedor” o “difícil” en Colombia. No existe un registro antiguo de esta palabra con estos significados metafóricos. Todo lo que se encuentra es la palabra “verraco” en su sentido literal de “cerdo no castrado”. En Colombia se lo escucha decir a personas mayores, así que el sentido metafórico debe existir por lo menos desde principios del siglo XX, pero pudo haber sido más antiguo. El hecho de que solo se use en Colombia con estos sentidos podría ser indicador de que no puede ser tan antiguo, así que podría situarse su origen hacia el siglo XVIII o XIX.
            Una duda común de los hablantes es si “verraco” se escribe con “b” o con “v”. Una búsqueda en google arroja 343.000 resultados de “berraco” y 530.000 de “verraco”. Hay una fuerte competencia en el uso de la variante ortográfica. Parece que la “b” larga tiene un simbolismo tan fuerte que “berraco” con “b” se asocia más a los sentidos agresivos de la palabra, mientras que “verraco” no parece representarlos efectivamente. La escritura correcta sería “verraco”, pues proviene del latín “verres”, que significada “cerdo no castrado también”, según el diccionario de Salvat. El español normativo mantuvo la escritura con “v”.
           ¿Conoces otras maneras de usar la palabra “verraco”? ¿Cómo usas la palabra “verraquera”? ¿Cómo usaban tus abuelos esta palabra? Me gustaría saber. Próximamente volveré sobre este asunto. Escríbeme a lenguaencolombia@gmail.com o sígueme en twitter @anadiazcollazos.

Zapallo o calabaza

La sopa de “zapallo” es una deliciosa preparación cremosa que resulta de la cocción de la fruta del mismo nombre con otros ingredientes como la papa y el cilantro. Se asocia a la gastronomía tradicional hogareña del suroccidente colombiano. Parece imposible que este fruto tan entrañable de la tierra pudiera encontrarse en otros lugares del mundo. Pues bien, este fruto no es más que una variedad de la calabaza, la misma que se usa para representar el Halloween.
En la tradición anglosajona, la calabaza representa la época de la cosecha en otoño. Los niños le tallan agujeros en forma de ojos, nariz y boca para celebrar el Halloween. Diferentes regiones europeas tenían su versión de este fruto, que en España se denominó “calabaza”. El origen de la palabra “calabaza” es tan antiguo que ni siquiera se puede rastrear exactamente la lengua de la que proviene. Pudo haber sido una palabra de la lengua celta o íbera, o de cualquiera de los pueblos que habitaron en España antes de que llegaran los romanos en el siglo III antes de Cristo (DRAE).
Cuando los conquistadores españoles llegaron a América, encontraron que la calabaza también se producía en estas tierras, y al principio le llamaron simplemente “calabaza”. Sin embargo, poco a poco empezaron a emplear las palabras que los indígenas tenían para nombrar estos frutos. La palabra “zapallo” es una palabra de origen quechua, la lengua oficial del imperio Inca. Originalmente era “zapallu” (Tascón), pero los españoles la adaptaron como “zapallo”, pues en español es más frecuente la terminación en “o” que en “u”. “Zapallo” aparece escrito por primera vez a finales del siglo XVI por un indígena que se llamaba Huamán Poma de Ayala. Luego, en 1653, un español llamado Bernabé Cobo describe el “zapallo” como un vegetal de propiedades medicinales que usaban los indígenas peruanos. La infusión con hojas de zapallo se usaba para curar la gota o el dolor de muela (CORDE).
La región suroccidental de Colombia recibió influencia de los indígenas quechuas por dos vías. La primera, por la extensión del imperio Inca que llegaba hasta el suroccidente colombiano. De hecho, el actual pueblo Inga, que se encuentra localizado en Putumayo, Nariño y sur del Cauca, es de origen quechua. La segunda vía de difusión pudo haber sido por los indígenas que Sebastián de Benalcázar trajo consigo para su servicio. Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “zapallo” se usa en Perú, Bolivia, Ecuador, Chile y Argentina, lo que coincide con la zona del imperio incáico. Todo esto muestra que tanto la palabra “zapallo” como el fruto que denomina resulta ser más universal de lo que uno pudiera pensar cuando va a la galería a comprarlo para matizar con su sabor las recetas más tradicionales de la gastronomía vallecaucana.
             ¿Conoces otras palabras para “zapallo” que se usen en tu región? ¿Conoces otras recetas tradicionales del zapallo? Me gustaría saber. Próximamente volveré sobre este asunto. Escríbeme a lenguaencolombia@gmail.com o sígueme en twitter @anadiazcollazos.