Mi suegra me recomendó escribir
sobre la palabra “zurullo”, que usaba mucho su madre, y se refiere a un bultico
en la ropa que nos incomoda, como un doblez o un turupe. Me gustó mucho porque
encontré la palabra para lo que no me deja dormir. Esos turupes o dobleces en
la ropa me molestan mucho y tengo que estarlos estirando cada vez que me
volteo.
El
significado que trae el diccionario de la Academia es “pedazo rollizo de
materia blanda”, que en el caso de mi suegra se especializa en la tela. Busqué la etimología y en realidad no se sabe de dónde proviene. Ni la
Academia ni Corominas saben. Pero Corominas plantea una hipótesis, ya
que existen otras variantes de esta palabra: “cerallo”, “zuruco”, “zorete”,
“cerote”.
Se
trata de una mezcla entre la palabra “cera” y “gurullo”. De hecho, “gurullo”
significa “pella de la lana, masa, engrudo”, y buscamos “pella” y significa
“masa que se une y aprieta, regularmente en forma redonda”. Nos encontramos
aquí con una definición circular, un error lexicográfico: el significado es
“pella de la masa” y “pella” se define como “masa”. En todo caso, “gurullo”
como masa en la tela se relaciona perfectamente con “zurullo”.
La
“z” o “c”, que es el mismo sonido incluso en español peninsular, proviene de la
influencia de “cera”. Y es cierto que la cera es materia blanda. Entonces
“zurullo” proviene de considerar un cúmulo de masa blando como la cera, pequeño
y engorroso para el coser, y en mi caso, para dormir.
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