El paso de “s” a “j” (en lenguaje fonético es /h/) resulta un fenómeno muy común del español caucano-valluno, y solo ocurre cuando el sonido se encuentra entre dos vocales, o a comienzo de la palabra: “con eso” queda “con ejo” o “sí” queda “hí”. Escribí sobre este fenómeno en la frase "yo no sé" que queda "e-e-hé" (click aquí), pero lo mismo pasa con la frase icónica del influencer Mateíto, que hace muy buen trabajo en retratar la identidad lingüística del habla "caleña". "Caleño" es una persona oriunda de la ciudad de Cali, localizada en el suroeste colombiano en la región andina, pero muy cerca a la costa Pacífica, con una fuerte identidad salsera.
El fenómeno se conoce como "jejeo" y se relaciona con otro que ocurre en el español caribeño donde la S también se convierte en jota, pero en lugares diferentes de la palabra o la oración. La S que se convierte en jota produce como una especie de entrada de aire al revés que parece una jota, y por eso se conoce como aspiración. La aspiración de S en español caribeño ocurre solo al final de una sílaba: "todah lah personah" aunque también puede quedarse aspirada en contacto con una vocal siguiente: "todah uhtedeh". En el español de Cali, tiene que presentarse una vocal siguiente para producirse la aspiración. Así que un caleño no diría "todas las personas", pero sí "todah ustedes". Nótese que la S en "ustedes" se mantiene como ese, solo sufrió un cambio la que quedó entre vocales.
La aspiración implica una pronunciación más hacia la garganta de la misma S. Es decir, en vez de poner la punta de la lengua en el alvéolo del paladar (la parte más cercana a los dientes del paladar), la parte de atrás de la lengua toca el velo del paladar (la parte de atrás del paladar). Esto produce un obstáculo parcial para la salida del aire por la boca, y parte del aire entonces sale por la nariz. Por esta razón, el jejeo está acompañado de una cierta nasalidad de la vocal. Entonces en "quẽ jẽ respete" las dos Es quedan con una pronunciación nasal que representamos poniendo la virgulilla a ẽ.
Por su parte, la expresión "que se respete" está en subjuntivo, y la expresión "respetarse" implica ser merecedor de respeto. Pero en esta expresión, "que se respete" implica una persona que es fiel a su identidad, o sea, que ejerce autorrespeto al demostrar una identidad caleña mediante el consumo de ciertas comidas, el baile de la salsa, o ser asiduo de ciertos lugares icónicos de la ciudad. Y por supuesto, caleño que se respete no dice "que se respete" sino "que je respete".
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